martes, 30 de septiembre de 2008

La Emoción

Está muy de moda emocionarse en un servicio dominical.  De hecho, nos animan a mostrar fervor espiritual.  En algunas iglesias, el que no muestra este fervor es mirado como un cristiano inferior.  ¿Cuál debe ser nuestra postura frente a la emoción?

Primero déjenme decir que donde está el Espíritu de Dios, el corazón está enganchado.  Si tú has experimentado la llenura del Espíritu Santo, es imposible que no te emociones.  Esta es la naturaleza de la llenura – nos hace hacer cosas que de otro modo no haríamos; nos arriesgamos haciendo cosas que jamás pensamos hacer.  Y sí, nos causa profundas emociones.  En mi caso, me ha sucedido en un servicio dominical, que cuando estoy pensando en el amor de la cruz de Cristo, el Espíritu Santo me ha impresionado tanto con ella, que espontáneamente me pongo a llorar y lo único que quiero hacer es levantar las manos y adorar.

Pero también quiero advertirnos a todos que la Biblia enseña que el corazón es engañoso.  Jeremías nos dice:

Jeremías 17:9   9  Nada hay tan engañoso como el corazón. No tiene remedio. ¿Quién puede comprenderlo?

Es muy, pero muy fácil creerle a nuestro corazón cuando nos emocionamos, y querer regir nuestras vidas por lo que nos dice.  Llega a tal punto, a veces, que en vez de estar enamorados con Jesús, realmente estamos enamorados con la emoción, y ni nos damos cuenta.  De nuevo les digo, un encuentro verdadero con Dios viene con emoción, pero el que se emociona, no ha tenido necesariamente un encuentro con Dios.

¿Cómo podemos saber si nuestras emociones son producto de un encuentro con Dios?  Primero, lo único que puede regir nuestra fe y nuestra conducta es la palabra de Dios.  El trabajo más importante del Espíritu Santo es de mostrarnos la cruz de Cristo y cuanto nos ama.  Si te emocionas porque te das cuenta de tu tremendo pecado y luego del maravilloso amor de Dios que te ha perdonado, entonces, probablemente esto es un encuentro verdadero.  Si te lleva a contemplar la grandeza y las maravillas de Dios, es muy probable que está el Señor en tu emoción.  

Pero la señal más grande de que hemos tenido un encuentro con el Espíritu Santo es si podemos ver cambios en nuestro diario vivir.  El anhela trabajar su fruto en nosotros.

Gálatas 5:22-23 …el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio.

Si el producto de tu emoción hace que experimentes el fruto del Espíritu Santo, puedes estar seguro que has tenido un encuentro verdadero con Él.  Pero si estas cosas no están sucediendo en tu vida, no importa cuánto te emociones, es solamente el engaño del que se viste como un ángel de luz.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Estimado Mark,

Gracias por tus palabaras en el blog. Es un fantástico medio de seguir en contacto y tener tiempo de meditar de nuevo en la palabra.
Gracias por tu trabajo y persevera. No dejes que te desanimen situaciones puntuales. Mantén tu mirada mas alto. Gracias por servirnos. Rod

Mark dijo...

Hola Rodrigo,

Gracias por el apoyo. Estoy de acuerdo que este es un buen medio para concentrarnos en las cosas de Dios.

Bendiciones,

Mark