viernes, 17 de julio de 2009

Compromiso de Robbie


Cuando por fin tomamos la decisión de venir a Chile, no fue fácil. A pesar de que sentíamos fuertemente que Dios quería que lo hiciéramos, esto fue muy difícil para nuestros hijos. Para Robbie, especialmente le fue duro. Tenía 16 años, estaba muy metido en su grupo de jóvenes y simplemente no quería venir. Me acuerdo que por unos 2 meses antes de venir, él lloraba casi todas las noches. A veces se acostaba en la cama entre Anne y yo y lloraba diciéndonos que no quería ir. Esto me partió el corazón. Pero cuando llegó el momento de irnos, aunque estaba muy triste, él aceptó que esto era la voluntad de Dios para su vida y nunca más lo escuché quejarse. Dentro de 2 o 3 semanas después de nuestra llegada a Chile, él conoció a Nati. Por los primeros años eran amigos. Cuando terminaron con la enseñanza media, empezaron a pololear y anoche, Robbie le pidió la mano. Estoy tan orgulloso de él y la manera en que él se sometió a la voluntad de Dios para su vida. ¡¡Tuvo un resultado fantástico!! Natalia es una niña que ama a Jesús con todo su corazón. No podemos estar más contentos. Anoche pudimos celebrar con más de 150 personas. Me enseña de nuevo que lo difícil es bueno en la economía de Dios. ¿Por qué me arranco tanto de lo difícil en mi vida? ¿Por qué siempre trato de ser Dios de mi vida? Me humilla de nuevo al saber cuan poco sé de lo que es bueno para mí. ¡¡Gracias Jesús por mostrármelo de nuevo!!

martes, 12 de mayo de 2009

La Vida Cristiana

Entre más vivo mi vida cristiana, más me doy cuenta de lo misterioso, de lo grande, de lo profundo que es Dios. He estudiado la Biblia mucho, tengo un grado académico de un seminario teológico, podría citarles muchas cosas de la Biblia, tengo clara la teología presbiteriana y la creo, pero estoy llegando a entender otra cosa que creo que es mucho más valiosa – que no sé nada. Soy un principiante, un novato, un ignorante en cuanto a las cosas de Dios. Cada vez me sorprendo más de lo poco que entiendo de lo que es una relación íntima con él. Me doy cuenta que conozco muy poco de mí mismo y la razón por la que reacciono frente a diferentes situaciones. Y por ende, me doy cuenta de lo poco que sé de Dios. He tenido momentos en mi vida en que he creído saber lo que él estaba haciendo. Pero vez, tras vez he estado equivocado. Lo que yo pienso de lo que él está haciendo siempre termina siendo poco profundo y “light”. Mientras lo que él verdaderamente está haciendo es siempre profundo; siempre cala hondo, casi siempre duele, pero siempre, siempre es acompañado por un poquito más de sanidad, un poquito más de gozo, un poquito más de paz.

Lo bueno de este viaje con Dios es que dentro de todo de lo que no sé, estoy seguro que Jesús murió por mí y que me tiene en sus manos y me está moldeando. Aunque conozco poco, quiero decirles que estoy con todas las ganas de conocerlo más, de buscarlo, de estar delante de su presencia hasta que me quebrante, de anhelarlo con todo el corazón. Esto es un misterio – pero no conozco algo que satisfaga más que esto.

martes, 21 de abril de 2009

Hermosa Celebración


Que alegría me es de ser el pastor de Cristo Rey.  Este fin de semana tuvimos una celebración como ninguna otra en mi tiempo en la iglesia.  El sábado celebramos el aniversario de la iglesia y el domingo dedicamos nuestro templo a Dios.  Como parte de esa celebración tuvimos un momento de quemar la hipoteca.  Quiero decirles que jamás he estado más orgulloso de pertenecer a una iglesia como lo estuve este fin de semana.  Tantos llegaron y alabaron a Dios por su bondad en permitirnos saldar la deuda del templo.

También fue muy hermoso el poder tener a varios de los pastores antiguos de la iglesia para celebrar con nosotros.  Rev. Gerardo Gutiérrez y Ruthie, Rev. Ricardo Crane y Robin, y Rev. Verne Marshall y Alina nos acompañaron y nos ayudaron a recordar y a celebrar la bondad y la misericordia de Dios para con nosotros.

Esto no fue solamente la culminación de una etapa, sino el inicio de otra.  Con la ayuda de toda la iglesia, tenemos que movilizarnos para lograr la visión que Dios nos ha puesto por delante; la de ser un faro en la oscuridad, la de trabajar para la transformación de nuestra preciosa ciudad, la de plantar iglesias que también quieren buscar la paz de Santiago, la de entrenar líderes que planten iglesias y que vayan a otros lugares y a otros países a plantar iglesias.  En fin, necesitamos a todos para que seamos agentes de transformación y de amor en nuestro entorno.

Gracias por el privilegio de servirles como pastor.  Gracias al tremendo equipo que llevó a cabo los programas del fin de semana – de verdad, tenemos un equipo de lujo.  Les incluyo aquí una parte de la nota que les mandé a ellos porque describe mis sentimientos al respecto:

Meras palabras no pueden describir lo que siento en mi corazón por lo que acabamos de vivir este fin de semana.  La planificación meticulosa, la ejecución extraordinaria de parte de todos; que momento más maravilloso.  Esto fue un trabajo de primera calidad gracias al esfuerzo de todos ustedes.  Me siento tan orgulloso de ser parte de este equipo.  El Señor estuvo en todas las actividades y sé que fue glorificado.  Tantos detalles que me llamaron la atención: trivia, fotos, historia, entrevistas, imanes, regalos para los pastores anteriores hechos a mano, una riquísima completada, la música fantástica tanto el sábado como el domingo, la recepción de las autoridades, la impresionante tecnología, placas para las dos iglesias, el holocausto de la hipoteca, oraciones muy buenas de los pastores, el cocktail de lujo – todo, todo fue espectacular.

Con mucha gratitud,

Mark

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martes, 7 de abril de 2009

Temores Irracionales

Ayer tuve que ir a Integramédica en el Alto Las Condes para sacarme una muestra de sangre. Este fue mi chequeo regular, anual. Pero esto siempre es traumático para mí. No es la aguja que me preocupa – de hecho, me fascina el mirar mientras me pinchan y me sacan sangre. Lo que me es traumático es la espera de los resultados. Tienen que saber algo acerca de mí. Soy un hipocondríaco. Desde que era chico tenía temor a que algo pudiera estar mal en mi cuerpo. Y aunque esto ha menguado a través de mi vida, creo que siempre va a estar. Siempre paso por el ejercicio mental de repasar el evangelio, de recordarme que soy indestructible hasta el momento en que Dios decida llevarme, que Dios está a cargo de todo en mi vida. Pero igual, al momento de sentarme en el computador para buscar los resultados, estoy seguro que el latido de mi corazón anda en por lo menos 160 pulsos por minuto.

Me cuesta creer que soy el único que tiene temores irracionales. Por lo tanto, quiero compartir algo con ustedes que ha sido de mucha ayuda para mí y viene de una fuente inesperada – de un catecismo. El Catecismo de Heidelberg es uno de los más importantes para nuestra fe en la iglesia presbiteriana. Muchas veces no nos gusta leer los catecismos porque son muy fríos. Pero quiero que lean esta primera pregunta para ver si no les alienta el espíritu.

Pregunta: ¿Cuál es tu único consuelo tanto en la vida como en la muerte?

Respuesta: Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte, no me pertenezco a mí mismo, sino a mi fiel Salvador Jesucristo, que me libró del poder del diablo, satisfaciendo enteramente con preciosa sangre por todos mis pecados, y me guarda de tal manera que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación. Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad.

¡Qué esperanza más grande!

1 Corintios 6:19-20 Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio.

Les pido que oren para que Dios me muestre estas cavernas de pecado que tanto me llevan a la ansiedad y el temor.

Con gozo porque le pertenezco,

Mark

PD. Después de tanta energía gastada, los exámenes salieron muy bien. Menos mal que el hecho que le pertenezca no dependa de mí.

martes, 24 de marzo de 2009

Las Dos Tendencias

La semana pasada hablé de dos verdades en todo ser humano; fuimos hechos a la imagen de Dios pero con una visión distorsionada del mundo por causa de la caída de nuestros primeros padres.  Y aunque podemos tener el perdón de nuestros pecados a través de Jesús, igual, estas dos tendencias continúan en nosotros.  Aunque Romanos 8:1 dice que no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús, el capítulo 7 de Romanos nos deja claro que Pablo luchaba con el pecado en su vida.  Podríamos decirlo de otra forma: somos desastres amados.  Este es el mensaje del evangelio.  Nuestro pecado es mucho más profundo de lo que nos podemos imaginar pero el amor de Jesús es más profundo aún.  Y es ese amor que empieza a restaurarnos para que reconozcamos los tremendos dones que tenemos por haber sido hechos a la imagen de Dios.

Bueno, creo que hay dos tendencias en la iglesia frente a estas dos verdades.

Hay iglesias que se enfocan principalmente en la gracia; fuimos rescatados, somos nuevas criaturas, la imagen de Dios ha sido restaurada en nosotros, el pecado está atrás, ya no somos pecadores – aunque a veces pecamos, no somos pecadores.  En la mayoría de estas iglesias, hay un enfoque mayoritario en el amor de Dios, en su presencia, en su poder, en la experiencia de él, en su victoria, etc.  Se enfocan principalmente en esos pasajes bíblicos que hablan del amor de Dios.

Hay otras iglesias que se enfocan en la caída del hombre.  En estas iglesias, el enfoque está en el pecado y el de explorar las profundidades del pecado; se aplican rigurosamente los pasajes de la ley que hablan de la obediencia y de la conformidad porque de esta forma, piensan que pueden impulsar a la gente a una mayor obediencia y por lo tanto una mejor relación con Dios.

Ahora, ¿cuál es el enfoque correcto?  Los dos tienen verdades.  Es cierto que somos pecadores y también es cierto que hay gracia en Jesús.  El problema surge en que si nos enfocamos en uno o el otro.  Si nos enfocamos principalmente en la gracia, llegamos a ser personas de licencia, excusando cualquier tipo de acción o comportamiento.  Es muy fácil llegar a tener una religión de pura experiencia y sin fondo.  O sea, es fácil caer en la herejía.  Pero si nos enfocamos mayormente en la ley de Dios y la obediencia, llegamos a ser legalistas.  Y ese legalismo sofoca una experiencia de Dios que es tan necesaria para el cristiano.  Uno sin el otro nos lleva a lugares donde no queremos estar.  La gracia sólo es gracia si entendemos nuestro pecado.  Pero la única forma de que vamos a poder ver nuestro pecado es si vemos la gracia de Dios.  De otra forma es demasiado doloroso. Pasamos la mayor parte de nuestras vidas tratando de esconder nuestra condición no sólo de otros sino que también de nosotros mismos.  Es sólo cuando entendemos el amor de Dios, que a pesar de nuestro profundo pecado, él nos ama por causa de Cristo, que podemos abrirnos y empezar a explorar los temas que hay.  Jesús dijo que la verdad nos haría libre.  Pero es imposible que veamos esa verdad a menos que entendamos que ya no hay condenación para nosotros.  El precio fue pagado.  Fue gratis para nosotros, pero no fue barato.  Jesús tuvo que pagar ese precio.

Entonces, para un buen entendimiento del evangelio de Cristo, tenemos que entender que fuimos hechos para volar, para amar, para ser amados.  Fuimos hechos para entender el amor de Dios, cuyo amor nos perdonó.  Pero también tenemos que tener claro las razones por la que ese amor tuvo que perdonarnos; que no pudimos volar, estuvimos entrampados y nuestra visión del mundo estaba y todavía está distorsionada.  En fin, el que entiende las buenas noticias de Cristo tiene muy claro que es más pecador, más fallado, más podrido de lo que puede imaginar, pero que a la vez, Jesús murió por él y entonces entiende que es más amado de lo que puede aun soñar.  Los más grandes sueños de amor y de pertenencia no llegan ni cerca de lo que es el verdadero amor de Dios para con nosotros que están en Cristo Jesús.

Entonces, lo único que nos queda es el arrepentimiento y la fe.  La vida cristiana se caracteriza por un constante arrepentimiento de nuestros pecados y una constante mirada a Jesús por fe que él nos ha perdonado.  Es una vida de dependencia total.  Este es el camino de gozo, de satisfacción, de realización.

martes, 17 de marzo de 2009

Las Dos Verdades

Vuelvo a escribir mi blog hoy día.  Les quiero hablar de dos verdades de cada ser humano.

Primera verdad: cada ser humano fue hecho para gloria.  Por ser hechos a la imagen de Dios, cada uno de nosotros, y esto incluye a cada ser humano que ha existido o que va a existir, es bello y es capaz de hacer cosas fantásticas, cosas muy buenas.  Fuimos hechos para construir, mejorar, descubrir, ayudar, aprender, amar, conquistar, disfrutar, soñar, anhelar el bien y muchas cosas más.  Fuimos hechos para entregarnos a otros, para trabajar, para investigar el mundo.  Somos criaturas maravillosas; llenas de dones, de conocimiento, de habilidades, de profundos anhelos a que las cosas sean mejores y buenas.  En fin, los rasgos de nuestras raíces, que somos criaturas de Dios y reflejos de su gloria, todavía están.  Pero hay un problema.

Segunda verdad: el problema es que el hombre cayó en el Huerto de Edén.  O sea, la gloria que tuvimos se distorsionó.  No podemos negar quiénes somos, criaturas que en sí reflejan la gloria del creador quien los creó a su imagen.  Pero esa gran gloria se distorsionó porque el hombre no quería admitir y todavía no quiere admitir que su capacidad de hacer el bien en el mundo no es algo que él puede producir, sino que es un mero reflejo de alguien externo a él.  O sea, la caída del hombre produjo una brecha entre él y su creador.  El creador todavía ve las cosas muy claramente, pero el hombre se encegueció.  El hombre, en su forma natural, ya no puede ver a Dios y esto ha hecho que haya mucha tristeza en el mundo.  O sea, la caída del hombre fue tan profunda, que él ni siquiera se da cuenta que el mundo entero está gimiendo, incluyéndolo a él.  Romanos 8: 23 nos dice: Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto.  

¿Te has preguntado alguna vez por qué las cosas no funcionan?  Tarde o temprano, las relaciones que tenemos experimentan problemas.  En algunos de los casos, ellas revientan y los dos lados se hieren profundamente.  Algunas veces esas heridas nunca se sanan.  ¿Quién de nosotros no tiene profundas heridas que vienen de parte de otra persona?  Estamos en un mundo que gime porque está bajo la fuerte maldición que está por causa del pecado.  Pero ¿quién de nosotros no anhela un mundo distinto?  ¿No ven que las dos fuerzas están siempre en nosotros – el anhelo a que las cosas mejoren y estén bien, pero a la vez una ceguera del por qué no funcionan?

Ha sido siempre el propósito de Dios de remediar este problema.  La venida de Jesús fue para esto.  Su muerte por el pecado es la clave por la que el mundo va a dejar de gemir algún día.  Podemos decir que el mundo fue exiliado y la muerte de Jesús fue para llevar el mundo de vuelta a la gloria que él tanto quiere que entendamos y tengamos.  El vino para reestablecer la relación entre el Padre Dios y el hombre.  Algunos se quejan porque dicen que somos exclusivistas.  Dicen que no puede ser que haya un solo camino a Dios.  Pero mira, lo que estamos diciendo es que Dios mismo bajó para proveer ese camino.  El negar que Jesús sea el único camino es igual a negar todo lo que creemos y todo lo que la Biblia enseña.  La Biblia claramente dice que el que reconoce que está bajo maldición, que está en un mundo donde uno no sólo recibe heridas de otros sino que también ha sido el autor de muchas heridas hacia otros, y que acude a Jesús, el que pagó el precio por sus pecados, tendrá vida eterna y puede tener la esperanza que algún día el gemido va a desistir y todo va a ser como debe ser.  La promesa es que Dios va a hacer una nueva tierra y un nuevo cielo donde todos los suyos van a poder construir, mejorar, descubrir, ayudar, aprender, amar, conquistar, disfrutar, soñar, anhelar el bien, etc., y todo esto sin impedimento alguno.  Ya no va a haber más tristeza ni dolor.  Ya no va a haber llanto.  Apocalipsis lo dice de la siguiente forma:

Apocalipsis 21:1-5  Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar.  2  Vi además la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios, preparada como una novia hermosamente vestida para su prometido.  3  Oí una potente voz que provenía del trono y decía: « ¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios.  4  Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir.»  5 El que estaba sentado en el trono dijo: «¡Yo hago nuevas todas las cosas!» Y añadió: «Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza.»

Él hace todas las cosas nuevas.  El problema es que nosotros hemos querido ser las personas que podían hacer todas las cosas nuevas.  Estamos llenos de proyectos, de planes para mejorar las cosas.  Pero él claramente dice que es él el que hace las cosas nuevas, el que mejora las cosas.  Hemos querido un mundo mejor, pero sin su creador, y no hay ninguna posibilidad de que esto ocurra.  Es por esto que necesitamos ver al único que tiene el poder para restaurar.

La pregunta es ¿has conocido al único camino al Padre?  ¿Tienes una relación personal con Jesús?  Jesús dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí. (Juan 14:6)

La próxima semana voy a hablar de cómo estas dos verdades afectan a la iglesia.

martes, 9 de diciembre de 2008

El Rey Humilde

La siguiente historia viene de Brett Blair:

Muchos años atrás, gobernaba en Persia un rey sabio y bueno.  Él amaba a su pueblo.  Él quería saber como vivían; quería saber sobre sus dificultades.  A menudo se vestía con la ropa de los obreros o de los mendigos, e iba a los hogares de los pobres.  Nadie a quien visitaba creía que era su soberano.  Una vez él visitó a un hombre muy pobre que vivía en un sótano.  Él comió la comida mala que este hombre comió, le habló palabras de aliento y luego se fue.  Un tiempo después, el rey visitó al hombre pobre de nuevo y le reveló su identidad diciendo, “¡Soy su rey!”  El rey pensó que el hombre seguramente le iba a pedir un regalo o algún favor, pero no lo hizo,  En cambio, le dijo, “Usted dejó su palacio y su gloria para visitarme en este lugar oscuro y triste; se sirvió de la comida ordinaria que yo comía; y ¡trajo gozo a mi corazón!  A otros, usted ha dado regalos generosos.  ¡A mí, me ha dado de si mismo!”

Esto es lo que hizo Jesús.  El vino a nuestro sótano oscuro y triste porque sabía que no teníamos la capacidad de salir de allí.  Él bajó de su gloria y se humilló para entrar en este mundo y llegar a ser como una de sus criaturas.  Él se hizo nada para que nosotros pudiéramos llegar a ser algo.  Él dejó su gloria para que nosotros pudiéramos experimentarla.  Tenemos un futuro porque el Rey del universo bajó para ser como nosotros y conocer nuestro dolor de cerca.  En fin, nos dio de si mismo.

En este tiempo de Navidad, ¿por qué no tomamos un momento para reflexionar cómo debió haber sido para él dejar su comodidad para derramar su amor sobre nosotros?  Y luego reflexionemos sobre el hecho de que no sólo entró en el mundo, sino que dio su vida por su pueblo, para rescatarlos de si mismos – de su pecado.

Enseñemos a nuestros hijos las maravillas de lo que es el amor verdadero.  Nosotros amamos solamente porque fuimos amados primero.