No sé cómo son ustedes, pero yo tiendo hacia el pesimismo y el desanimo. Es algo que le he pedido a Dios que me quite, pero hasta ahora, no lo ha hecho. Esto me hace reflexionar sobre Pablo y su aguijón en la carne. No tenemos idea del problema que tuvo – no sabemos si fue físico, espiritual o emocional. A lo mejor era otra persona que le molestaba. Inclusive, en mi opinión (y probablemente algunos discreparían conmigo) podría haber sido un pecado que no pudo superar. Lo único que sabemos es que era un mensajero de Satanás que lo atormentaba: 2 Corintios 12:7-8: Para evitar que me volviera presumido por estas sublimes revelaciones, una espina me fue clavada en el cuerpo, es decir, un mensajero de Satanás, para que me atormentara. Tres veces le rogué al Señor que me la quitara;
Dios lo había brindado con mucha responsabilidad, por lo cual fue necesario darle mucho conocimiento y mucho poder espiritual. Y todos sabemos que donde está el poder, está la corrupción. El dicho es: “El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente.” Entonces, Dios le “clavó una espina en el cuerpo” para que no se jactara.
¿Estás luchando con la vida? ¿Estás luchando con el pesimismo? ¿Tienes alguna enfermedad crónica? ¿Estás luchando con la depresión? ¿Tienes algún otro problema que te tiene agobiado y cansado? Mira lo que nos dice Dios a través de Pablo: 2 Corintios 12:9: pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en
¿Cuándo fue la última vez que le diste gracias por tus debilidades? ¿Por tus angustias? ¿Por tus dificultades? Son maneras en que él quiere mostrarse fuerte en nuestras vidas. Les pido que oren por mí para que yo también pueda recordarlo, porque tiendo al desanimo.
El mensaje del evangelio es música para un pesimista, porque es un mensaje muy optimista. Jesús ya tomó el castigo de nuestro pecado y el fin de la historia ya se sabe. Vamos a vivir y reinar con él por toda la eternidad.
Oh, Espíritu Santo de Dios, has que la realidad del amor del Padre, a través de la muerte de Jesús, se haga vida en mi corazón. Amén.