martes, 29 de julio de 2008

¿Pesimista u Optimista?

No sé cómo son ustedes, pero yo tiendo hacia el pesimismo y el desanimo.  Es algo que le he pedido a Dios que me quite, pero hasta ahora, no lo ha hecho.  Esto me hace reflexionar sobre Pablo y su aguijón en la carne.  No tenemos idea del problema que tuvo – no sabemos si fue físico, espiritual o emocional.  A lo mejor era otra persona que le molestaba.  Inclusive, en mi opinión (y probablemente algunos discreparían conmigo) podría haber sido un pecado que no pudo superar.  Lo único que sabemos es que era un mensajero de Satanás que lo atormentaba: 2 Corintios 12:7-8: Para evitar que me volviera presumido por estas sublimes revelaciones, una espina me fue clavada en el cuerpo, es decir, un mensajero de Satanás, para que me atormentara.  Tres veces le rogué al Señor que me la quitara;

Dios lo había brindado con mucha responsabilidad, por lo cual fue necesario darle mucho conocimiento y mucho poder espiritual.  Y todos sabemos que donde está el poder, está la corrupción.  El dicho es: “El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente.”  Entonces, Dios le “clavó una espina en el cuerpo” para que no se jactara.

Una de las cosas que pasa con un pesimista es que cree que nada va a resultar bien y duda mucho de si mismo. Pero ¿será que esto es una bendición disfrazada?  Porque la gran paradoja de la Biblia es que cuando uno es débil, entonces es fuerte, porque la fuerza del Señor se hace fuerte en nuestra debilidad.

¿Estás luchando con la vida?  ¿Estás luchando con el pesimismo?  ¿Tienes alguna enfermedad crónica?  ¿Estás luchando con la depresión?  ¿Tienes algún otro problema que te tiene agobiado y cansado?  Mira lo que nos dice Dios a través de Pablo: 2 Corintios 12:9: pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo.

¿Cuándo fue la última vez que le diste gracias por tus debilidades?  ¿Por tus angustias?  ¿Por tus dificultades?  Son maneras en que él quiere mostrarse fuerte en nuestras vidas.  Les pido que oren por mí para que yo también pueda recordarlo, porque tiendo al desanimo.

El mensaje del evangelio es música para un pesimista, porque es un mensaje muy optimista.  Jesús ya tomó el castigo de nuestro pecado y el fin de la historia ya se sabe.  Vamos a vivir y reinar con él por toda la eternidad.

Oh, Espíritu Santo de Dios, has que la realidad del amor del Padre, a través de la muerte de Jesús, se haga vida en mi corazón.  Amén.

miércoles, 23 de julio de 2008

La Cordillera

La vista frenta a la iglesia.

¡Oops! Se me olvidó escribir el blog ayer. ¡Puro volado no más!

Una de las cosas que más me gusta de vivir en Chile es la cordillera. ¿No sé si la han contemplado esta mañana? ¡¡Está espectacular!! A mi juicio, no hay nada más bonito que una cordillera cargada de nieve. Me dan ganas de ir a esquiar hoy día – pero ese es otro cuento y la pega me llama.

Sabemos que la tierra fue sometida a la maldición de Dios por causa del pecado del hombre. Entonces, imagínense. Si esta preciosa cordillera que estamos viendo esta mañana está bajo una maldición, ¿cómo va a ser la nueva tierra en la que vamos a vivir después de que se acabe esta? ¿Se han puesto ha pensarlo? La Biblia dice:

1 Corintios 2:9 «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman.»

Pero aunque la tierra ha sido maldita, Jesús se sometió a la maldición de Dios Padre en ir a la cruz para morir por nuestros pecados. Su muerte ha empezado a revertir la maldición de Dios y esto está ocurriendo en los corazones de muchos. El único requisito para que Dios empiece a revertir esta maldición en nuestros propios corazones es si decimos, junto al recaudador de impuestos en Lucas 18:13: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!” El que no reconoce su pecado, está viviendo bajo la maldición, pero el que lo reconoce y acude a Jesús, él empieza a hacer crecer la vida en nuestros corazones y nos muestra la verdad de la vida – que él es nuestro tesoro y no las cosas que nos rodean.

Algún día vamos a disfrutar de cosas aún más grandes y más bellas que la cordillera que vemos hoy día. La maldición ya no va a estar y vamos a disfrutar de una vida con todos nuestros anhelos saciados. ¿Cuándo fue la última vez que le pediste a Jesús que te mostrara la verdad de tu vida para que él pudiera empezar a mostrarte la verdad de quién eres y de su amor?

martes, 15 de julio de 2008

Vacaciones

Hola a todos,

Sólo decirles que estoy de vacaciones esta semana.  Pero volveré a escribir el próximo martes.

Un gran abrazo para todos y muchas bendiciones,

Mark

martes, 8 de julio de 2008

¿Libertad o Esclavitud?

Imagínate que alguien te dijera, “Mira, hoy día, no tienes que preocuparte por lo que digas, como te veas, tus reacciones, tus enojos – o sea, de nada, porque hoy día, todos con los que te encuentres te van a aceptar tal como eres; con mucho amor – desde los más conocidos tuyos hasta los más extraños.  Entonces, hoy día puedes ser exactamente quien eres sin estar preocupado por lo que piensen.”  Si fuera así, ¿cómo te sentirías?  Enfrentarías el día con muchas ganas y saldrías de tu casa sintiéndote muy liviano.  Esto es libertad.  Pero imagínate que alguien te dijera, “Mira, hoy día, ten cuidado.  Vas a tener que portarte muy, pero muy bien, porque si no, todos los con quienes te encuentres se te van a volver en contra.  Ellos quieren ver a una persona recta, culta y buena; una persona que sabe respetar las reglas, las personas, etc.”  ¿Cómo te sentirías con este comentario?  Creo que con mucha presión, con mucha preocupación.  Te darían ganas de ni siquiera salir de la casa.

Tengo una gran preocupación que en nuestras iglesias estamos predicando la segunda cita y no la primera.  Estamos predicando que uno tiene que obedecer para ser aceptado.  Estamos predicando que la libertad viene por una rigurosa aplicación de la ley de Dios; si obedeces los principios, tu vida será libre.  Pero esto es una mentira que viene del pozo y huele a azufre.  Romanos 5:8 dice: Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.  Cristo no esperó hasta que fuéramos buenos para morir.  Él fue a la cruz porque NO éramos buenos.  Este es el punto principal del evangelio.  Éramos esclavos a nuestros pecados y a nuestra maldad, y por esto, Jesús dio su vida por nosotros.  ¿Cómo te sentirías hacia una persona que te salvara la vida?  Supongamos que te estuvieras ahogando, pero que alguien se tirara al agua y te salvara.  ¿Cómo te sentirías con esa persona?  Cuanto más tenemos que ver que aunque fuimos pecadores, Jesús, el único que fue perfecto y que no merecía morir, dio su vida.  ¿No se dan cuenta?  La obediencia viene por causa de la libertad y no al revés.  Jesús nos liberó de nuestro pecado y nos dio la oportunidad de tener una relación con Dios.  Estoy libre y quiero obedecerle porque lo amo.  Pero si tengo que portarme bien para que el me ame, voy a siempre vivir en temor, pensando que no estoy haciendo lo suficiente.  Es una diferencia enorme y vale la pena pensarlo.

Si estás obedeciendo para ser libre, te va a llevar a una esclavitud feroz, llena de temor.  Las buenas noticias de Cristo son que él ya ha comprado nuestra libertad.  ¡Ya eres libre!  ¡Ya te ama!  ¡Ya me ama!  A pesar de mi gran carga de pecado, ¡me ama!  Si realmente puedo captar esto y entenderlo, me va a llevar a una obediencia que está llena de amor, no de temor.

Estas, sí, son buenas noticias.

martes, 1 de julio de 2008

Agradecidos en la Dificultad

Del colegio de mi hija me llamaron el viernes, para decirme que si no entregaban el certificado de permanencia definitiva y una copia del carnet de ella,  al ministerio de educación, a más tardar el lunes, iban a tener que sacarla del colegio.  Por alguna razón, cuando nos entregaron la permanencia definitiva no sacamos el carnet de la Kim (bueno lo sacamos pero se nos olvidó ir a buscarlo entonces lo destruyeron).  Entonces, ayer, nos programamos para estar en la fila del registro civil antes de las 8:00 hrs.  Allí esperamos hasta que abrieron las puertas a las 8:30, y luego esperamos unos 20 minutos más hasta que nos atendieron.  Cuento corto, no nos aceptaron los documentos porque teníamos que demostrar que no habíamos salido del país por más de un año - o sea, que el certificado de permanencia definitiva estuviera todavía vigente.  Para hacer esto, tuvimos que ir a Recoleta, a policía internacional para buscar el certificado.  Yo no estaba contento.  Era mi día libre y ya lo tenía planificado.  Iba a ir al cine a medio día (uno de mis pasatiempos favoritos), iba a almorzar algo rico en la casa, etc.  Mi plan no era tener que pasar el día entero en este trámite.  Bueno, llegamos a policía internacional y después de pagar en caja por los certificados, nos dieron un número.  El número digital en la pared decía 000 y miré el número que yo tenía - ¡uuffff!! - 081.  Después de dos horas de espera volvimos al registro civil en Las Condes donde no tuvimos ningún problema en conseguir el carnet, tanto para Kim como para Megan.  De allí, las llevé al colegio y no llegué a la casa hasta las 14:00 hrs.

 ¿Por qué les cuento esto?  Porque he visto cuánto Dios quiere amarme y enseñarme.  Me he dado cuenta de lo poco flexible que soy.  Las cosas que me sacan de mis planes, me enojan.  Cuando nos rechazaron los documentos en el Registro Civil, estaba muy molesto y se lo dije a los funcionarios que estaban trabajando allí.  

 Pero a través de la mañana, Dios empezó a trabajar conmigo.  Me di cuenta que ni esta situación estaba fuera de su control y que él quería enseñarme algo.  Además, mis hijas estaban mirándome y aprendiendo de mis reacciones.  Les pedí perdón a ellas, le pedí perdón a Dios y más tarde, cuando volvimos al Registro Civil, les pedí perdón a los dos funcionarios.

 ¿Saben qué?  Visto de otro punto de vista, fue un día en que pude pasar con mis dos hijas - algo que disfruté mucho ayer.  También pude aprender que Dios quiere que estemos agradecidos, sobre todo en los momentos difíciles o molestos.

 Lo que yo viví ayer, no fue nada.  Jesús entregó su vida y no la valoró, porque estaba pensando en algo mucho más profundo.  Y hasta tuvo gozo al ir a la cruz para pagar mi deuda.  Cuánto necesito entender esto y relajarme más, sabiendo que él está en control de las situaciones de mi vida y me hace pasar por cosas para que pueda aprender a confiar más en él.

 Bendiciones a todos,

 Mark