martes, 9 de diciembre de 2008

El Rey Humilde

La siguiente historia viene de Brett Blair:

Muchos años atrás, gobernaba en Persia un rey sabio y bueno.  Él amaba a su pueblo.  Él quería saber como vivían; quería saber sobre sus dificultades.  A menudo se vestía con la ropa de los obreros o de los mendigos, e iba a los hogares de los pobres.  Nadie a quien visitaba creía que era su soberano.  Una vez él visitó a un hombre muy pobre que vivía en un sótano.  Él comió la comida mala que este hombre comió, le habló palabras de aliento y luego se fue.  Un tiempo después, el rey visitó al hombre pobre de nuevo y le reveló su identidad diciendo, “¡Soy su rey!”  El rey pensó que el hombre seguramente le iba a pedir un regalo o algún favor, pero no lo hizo,  En cambio, le dijo, “Usted dejó su palacio y su gloria para visitarme en este lugar oscuro y triste; se sirvió de la comida ordinaria que yo comía; y ¡trajo gozo a mi corazón!  A otros, usted ha dado regalos generosos.  ¡A mí, me ha dado de si mismo!”

Esto es lo que hizo Jesús.  El vino a nuestro sótano oscuro y triste porque sabía que no teníamos la capacidad de salir de allí.  Él bajó de su gloria y se humilló para entrar en este mundo y llegar a ser como una de sus criaturas.  Él se hizo nada para que nosotros pudiéramos llegar a ser algo.  Él dejó su gloria para que nosotros pudiéramos experimentarla.  Tenemos un futuro porque el Rey del universo bajó para ser como nosotros y conocer nuestro dolor de cerca.  En fin, nos dio de si mismo.

En este tiempo de Navidad, ¿por qué no tomamos un momento para reflexionar cómo debió haber sido para él dejar su comodidad para derramar su amor sobre nosotros?  Y luego reflexionemos sobre el hecho de que no sólo entró en el mundo, sino que dio su vida por su pueblo, para rescatarlos de si mismos – de su pecado.

Enseñemos a nuestros hijos las maravillas de lo que es el amor verdadero.  Nosotros amamos solamente porque fuimos amados primero.

martes, 2 de diciembre de 2008

Receso

En receso por una semana más.

Bendiciones,

Mark

martes, 18 de noviembre de 2008

Hasta la Próxima

Estoy fuera de la oficina esta semana, por lo tanto, no podré escribir un blog.

Que el Señor les bendiga a todos.

Mark

martes, 11 de noviembre de 2008

La Inseguridad

He pensado mucho en cuantas cosas hacemos en el nombre de Dios, pero que de verdad salen de nuestra inseguridad.  Pensándolo intelectualmente, el trabajo del liderazgo de la iglesia es de proteger a la iglesia y defenderla ante  cualquier amenaza que pueda levantarse en contra de ella, pero, a la vez, en lo personal, cada líder debería morir a si mismo cuando es criticado y, tomando lo que es cierto, aplicarlo a su vida, y lo que no es cierto, tener la bondad de perdonar las críticas.

Yo tengo claro que esta es la posición que Jesús quiere de nosotros, pero encuentro que es una posición imposible, porque mi tendencia natural es de oponerme a cualquier persona que me critique directamente y, como consecuencia,  dejo pasar las amenazas que atentan a la unidad de la iglesia. 

¿Por qué será esto?  Porque somos tan inseguros que vivimos con temor a que alguien descubra la verdad de nosotros.  Todos queremos la aprobación de los demás, queremos ser valorados por quienes somos y los dones que tenemos.  Pero cuando alguien nos critica, amenaza con destruir esa aprobación que tanto necesitamos para estar bien.

Y esta es la sutileza del pecado.  O sea, el evangelio nos dice algo totalmente distinto:

Salmo 27:10   10  Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el SEÑOR me recibirá en sus brazos.

O sea, aunque todo el mundo me rechace – aun mi padre y mi madre – la única aprobación que vale es la de mi Padre celestial.  Ahora, la ironía es que en este mundo, es muy probable que si otras personas te vieran como de verdad eres, probablemente te rechacen.  Todos tenemos cosas en nuestras vidas que otros van a rechazar.  Pero la única forma que vamos a poder abrirnos a los demás, y correr el riesgo del rechazo es si cambiamos el switch de quien necesitamos que nos apruebe.  O sea, si necesitamos que los demás nos aprueben, vamos a vivir vidas cerradas, protegiéndonos de las posibles amenazas.  Pero si sólo necesitamos que nuestro Padre celestial nos apruebe, ya tenemos la seguridad, que si hemos acudido a Jesús, el que dio su vida por toda la maldad que tenemos, el Padre nos recibirá en sus brazos.  Nunca nos rechazará.

Bueno, todo esto lo sé intelectualmente.  Cuánto necesito que oren por mí para que esto llene mi ser y el amor de mi Padre celestial me inunde y me cambie.  Todavía me duele mucho cuando me siento rechazado por los demás.  Aunque quiero que Jesús sea todo lo que necesite, en la experiencia, busco mucho más que sólo a él.  Y este es el resumen del pecado en mi vida y de cuanto necesito que él venga a convencerme de mi necesidad.

martes, 4 de noviembre de 2008

Blog de David McCarty

Hola a todos,

No sé si todos vieron el blog que puse el viernes sobre el Halloween.  No voy a escribir uno nuevo hoy día, sino que animarles a ver ese blog y también el nuevo blog de David McCarty.

Dios todopoderoso nos siga bendiciendo, dándonos ojos para ver su verdad.

Un gran abrazo,

Mark

viernes, 31 de octubre de 2008

¿Halloween?

¿Debemos estar preocupados por el Halloween?  Es una pregunta que la iglesia evangélica se ha estado haciendo y que, en general, se ha respondido afirmativamente.  Sí, un cristiano se debe alejar del Halloween porque viene directamente del diablo.

Pero, ¿será de verdad así?  ¿Será que un cristiano no debe involucrarse en este día?  No estoy tan seguro que no.

He visto los videos y los folletos que hablan del peligro del Halloween.  He visto como los predicadores advierten a su gente que es una celebración pagana y que el participar en ir a diferentes casas a buscar dulces es una participación con el diablo y con un culto satánico.

También he visto como la gente reacciona frente al Halloween.  Hay mucha gente que se espanta por aun la mención de la palabra.  Los veo lleno de temor que de alguna forma puedan estar participando sin querer con el enemigo de su alma.

Pero la pregunta es: ¿De dónde viene el temor?

¿Habrá algún principio bíblico que nos pueda ayudar a tomar una decisión correcta con respecto del Halloween?  Creo que sí….

Pablo nos habla en 1 Corintios 8 acerca de la comida sacrificada a los ídolos.  En este contexto, lo que Pablo está enseñando es de cómo amar a los hermanos más débiles.  Pero no podemos perder la enseñanza que él hace acerca de esta comida que fue usada en los ritos paganos.

En esos tiempos, había carne que era ofrecida en el templo como un sacrificio.  Una parte de la carne iba directamente a los sacerdotes paganos.  Otra parte era para la persona que ofrecía el sacrificio – el cual lo llevaba a su casa para tener una fiesta con sus amigos.  Y aún otra parte era vendida a las carnicerías y tiendas que había en aquella época.  O sea, casi no era posible comprar carne que no había sido ofrecida delante de alguna deidad pagana.

¿Cuál es el argumento de Pablo frente a esta carne?

1 Corintios 8:4-8  en cuanto a comer lo sacrificado a los ídolos, sabemos que un ídolo no es absolutamente nada, y que hay un solo Dios.  5  Pues aunque haya los así llamados dioses, ya sea en el cielo o en la tierra (y por cierto que hay muchos «dioses» y muchos «señores»),  6  para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual vivimos; y no hay más que un solo Señor, es decir, Jesucristo, por quien todo existe y por medio del cual vivimos.  7  Pero no todos tienen conocimiento de esto. Algunos siguen tan acostumbrados a los ídolos, que comen carne a sabiendas de que ha sido sacrificada a un ídolo, y su conciencia se contamina por ser débil.  8  Pero lo que comemos no nos acerca a Dios; no somos mejores por comer ni peores por no comer.

Para Pablo, el comer de esta carne no era importante – “no somos mejores por comer ni peores por no comer.”  Lo que Pablo estaba reconociendo es que todo lo que hay en el mundo le pertenece a Dios – aun las cosas que habían sido usadas en un sacrificio pagano.

Ahora, comparémoslo con lo que pasa en Halloween.  No tengo dudas que esta costumbre tiene raíces paganas.  No tengo dudas que la frase “trick or treat” vino de algún rito pagano.  Pero la pregunta para nosotros es si estamos abriéndole la puerta al enemigo por participar en buscar dulces en la casa de nuestros vecinos, vestidos con algún disfraz.  Bueno, va a depender de tu consciencia.  Para mí, yo no tengo ningún problema en llevar a mis hijos a buscar dulces en la casa de amigos.  Esta celebración siempre ha sido un tiempo para nosotros de conocer mejor a nuestros vecinos y a pasarlo bien en familia.  Tal como a Pablo no le importaba de dónde venía la carne, a mí no me importa de donde viene el Halloween.  Es igual al día de navidad, que originalmente, el día 25 de diciembre, era un día festivo pagano y el árbol de navidad fue un símbolo pagano.  Pero hoy en día, nosotros usamos esos mismos símbolos para celebrar el nacimiento de Jesús. 

Lo que estoy diciendo es que todo el mundo pertenece a Dios y todo lo que hay en el (Salmo 24:1).  Pablo nos dice en Gálatas 5 que Jesús vino para darnos libertad.  Somos hijos amados que adoran a su Padre celestial.  Y este Padre Celestial nos ha dado todo el mundo.  Él quiere que lo disfrutemos y que le demos las gracias en todo.  Yo no tengo ningún problema en darle gracias por la celebración de Halloween y disfrutarlo con mi familia.  Yo lo estoy haciendo para la gloria de Dios, no para la gloria del enemigo.

Quiero reiterar: No es primordialmente lo que uno hace lo que vale, es la razón por la que lo hace.  Si puedes ir a buscar dulces con fe en tu corazón y agradecimiento a tu Padre Celestial, entonces no estás pecando. 

Sincerémonos.  No estamos evitando el Halloween porque amamos a Dios, sino que estamos evitando el Halloween porque le tenemos temor al enemigo y lo que él nos pueda hacer.  Y, mis queridos, la raíz del temor es la auto protección, que es lo opuesto al amor, y esto simplemente no viene de Dios.

Romanos 8:15-16  15  Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡ Abba! ¡Padre!»  16  El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.

1 Juan 4:17-18  En el amor no hay temor,  18  sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor.

martes, 28 de octubre de 2008

Disculpas

Les pido disculpas pero hoy no voy a poder escribir el blog por falta de tiempo.  Voy a ver si alcanzo para mañana o el jueves.

Que el Señor les bendiga a todos.

Un gran abrazo,

Mark

martes, 21 de octubre de 2008

El Evangelio Verdadero

Algunos piensan que para ser un cristiano, tienes que conocer mucho de la Biblia.  La idea es que entre más sabes, mejor cristiano eres.  Otros dicen que aunque es importante conocer la Biblia, lo más importante es la experiencia con el Espíritu Santo.  Para estas personas, lo más importante de la vida cristiana es la experiencia de la presencia de Dios.  Aún otros dicen que aunque el conocimiento y la experiencia no son malos, lo primordial es la acción.  El trabajar para combatir la injusticia y el mostrar misericordia a los pobres, los oprimidos, los desechados es lo más importante en la vida cristiana.  En todas las iglesias hay uno u otro de estos enfoques.

Pero quiero decirles que ninguno de estos es la base principal del cristianismo.  Estos son más bien resultados de otra cosa.

Todo ser humano tiene la tendencia de salvarse a si mismo.  ¿Qué quiere decir esto?  Quiere decir que nos cuesta admitir nuestra debilidad.  Queremos que todos nos vean como fuertes; que tenemos el poder de cambiarnos a nosotros mismos, de reinventarnos, de ser las personas que queremos ser.  Yo creo que es posible realizar cambios externos en nuestro comportamiento.  Pero el cristianismo habla de algo mucho más profundos.  Dios pide un cambio de corazón; un corazón que pueda abrirse y admitir que no tiene poder para cambiar.  

Uno sólo tiene que ver cómo enfrenta una herida emocional profunda para entender que uno mismo no puede cambiar su corazón.  Cuando alguien te hiere profundamente, es imposible sentir amor por esa persona.  Lo único que queremos es destruirla.  Hay algunos que actúan sobre estos sentimientos y le hacen daño a la persona, pero más común es que simplemente las ignoramos y actuamos como si no existen.  Y esta actitud de actuar como si no existen es igual a desear que estén muertos.

Cuando tenemos sentimientos tan fuertes, tenemos que admitir que no importa el esfuerzo que hagamos, no tenemos el poder para cambiar nuestro corazón.  La herida sigue y sigue y es imposible superarla.  Aún años después, sentimos la misma herida.  Somos muy buenos para fingir el cambio y actuar como si todo estuviera bien, pero honestamente, ese cambio no es genuino.  

El evangelio de Cristo dice que nosotros hemos vivido como si Dios no existiera.  En nuestro diario vivir, la gran mayoría de las veces, actuamos por nuestro propio esfuerzo, por nuestra propia sabiduría; algo que no fuimos creados para hacer.  O sea, fuimos creados para ser dependientes, no independientes.  Y cuando ejercemos nuestra independencia, estamos diciendo, en efecto, que Dios no existe para nosotros y que no nos importa esa razón por la cual fuimos creados; en fin, vivimos como si Dios estuviera muerto.

El evangelio de Cristo también nos dice que aunque hemos ignorado a Dios y aun hemos querido que estuviera muerto, él nos amó tanto – y como un buen Padre que conoce nuestro ADN y sabe que sin él vamos a morir eternamente, él mandó a su hijo para pagar la deuda de nuestra rebelión/ignorancia/independencia.  El sabe que no nos podemos cambiar solos y que vamos a vivir cubriendo nuestra necesidad.  Lo único que nos pide es que admitamos que somos débiles, que no tenemos forma de cambiar nuestros propios corazones, que estamos llenos de heridas y de enojos con otras personas que no podemos superar.

Tenemos que ver que por cada pecado nuestro, es como que nosotros participamos en clavarle las manos y los pies a la cruz.  Es nuestro pecado que lo mató.  Pero él lo hizo con gozo porque sabía que estaba rescatándonos de nosotros mismos.  Este es el único poder para cambiarnos – un poder que viene de fuera de nosotros.  O sea, el cristianismo es una relación con el Dios del universo donde nosotros admitimos nuestra rebelión/ignorancia/independencia y él nos dice, “ven hijo mío, te perdono porque tu pecado está cubierto por la muerte de mi hijo.”

Ahora, para una persona que de verdad ha visto muy adentro de su propio corazón y ha visto la manera en que desesperadamente quiere cubrir su propia debilidad y actuar como si tuviera todo bajo su control, esa persona va a querer hacer varias cosas.  1. Va a querer conocer a este Dios que tanto lo amó que entregó su vida por él.  O sea, va a buscar y estudiar la palabra de Dios para conocer la verdad de Dios, y de si mismo,  2.  Va a querer experimentar la presencia de este Dios tan grande,  3.  Y también, esta fe producida por entender la grandeza de Jesús va a producir un cambio en la voluntad de la persona.  O sea, esta persona va a querer actuar y hacer según el corazón de Dios; que es un corazón que palpita por los oprimidos, los pobres, los desechados; va a luchar en contra de la injusticia y practicar la misericordia.

Entonces, no hablemos de la vida cristiana como si fuera simplemente un aprendizaje de información (el intelectualismo), o una serie de experiencias (el emocionalismo), o una cantidad de acciones (el activismo).  El cristianismo es mucho más profundo que estas tres cosas, pero definitivamente incluye las tres.  Estas tres son resultados de nuestra relación y sin ellas, tenemos que preguntarnos si conocemos a Dios de verdad.  No podemos quedarnos conformes con una o dos, tiene que estar las tres para mostrar que tenmos una relación verdadera con Dios.  O sea, tiene que haber un cambio en nuestra mente, en nuestro corazón (emociones) y en nuestra voluntad.

martes, 14 de octubre de 2008

¿Hijos?

Santiago 1:2-3:  2 Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas,  3  pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia.

Uno espera tener dificultades en la vida, pero cuando llegan, uno no espera que duelan tanto.  En el último año de la vida de mi papi, sabíamos que iba a morir.  No sabíamos exactamente cuándo, pero estábamos más o menos seguros que era luego y probablemente dentro de ese año.  Él ya no era la misma persona.  Su mente no lo dejaba pensar o razonar bien.  Él ya no hablaba con sentido.  O sea, sabíamos que era lo mejor para él que se fuera para estar con Dios.  Pero en el momento en que sucedió, fue un tremendo choque para mí y me dolió hasta los huesos.

Hay muchas circunstancias de la vida que son así.  Uno puede saber que algo le vaya a pasar, uno puede estar preparado, pero cuando sucede, es terriblemente doloroso.

Creo que tenemos que hacernos la pregunta, ¿cuál es la mejor forma de enfrentar las dificultades de la vida?  Hay dos formas en realidad.  Uno puede enfrentar las dificultades como un huérfano.  Es decir, pensando que lo que le está pasando es al azar, que no tiene a nadie que lo acompañe, que está solo en el mundo, que si no sale por su propia fuerza, no va a salir.  Así nos sentimos la mayoría de las veces.

La segunda manera de enfrentar una dificultad es de entender que para los que tienen una relación personal con Cristo, no somos huérfanos, sino hijos amados, con un Padre Celestial que es soberano.  Lo que él anhela es que vivamos nuestras vidas en dependencia total de él.  Quiero citar a David McCarty, un hombre que ha sido de mucha ayuda y bendición para mí:

“¿Cómo reacciona un niño de tres años frente a la crisis financiera?  No tiene ni un pensamiento al respecto.  Él continúa disfrutando su vida diaria, confiando en que sus padres van a proveer para él, preocuparse por él, saben lo que es bueno y lo que es malo para la familia, porque el niño de tres años no tiene idea.”

Así debemos ser, como niños dependientes de nuestro Papi celestial, el que tiene TODAS las cosas en su control.  Efesios nos enseña lo siguiente:

Efesios 1:11  En Cristo también fuimos hechos herederos, pues fuimos predestinados según el plan de aquel que hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad,

…o sea, todas las cosas….y que causa todas las cosas para el bien de quien lo ama.  Así vivió Jesús, en dependencia total y absoluta de su Padre y así quiere que vivamos nosotros.  Él vino a morir para que esa relación de dependencia fuera una realidad en nuestras vidas

Si estás viviendo como un huérfano, a lo mejor nunca has visto el amor del Padre por ti – el que mandó a su propio hijo para rescatarte de tus pecados y establecer esa relación de amor contigo.  O a lo mejor te has olvidado de tu estatus como hijo.

Aunque me dolió que mi papi muriera, estoy seguro que tengo un Padre Celestial que tiene esta circunstancia en sus manos.  Era el momento que mi papi tenía que dejar esta tierra porque su Padre Celestial lo quería así.  Y yo puedo conformarme con eso; que mi Padre Celestial me tiene en sus manos y me está guiando y cuidando.

Vivamos como hijos amados.

Romanos 8:15-16  15  Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡ Abba! ¡Padre!»  16  El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.

martes, 7 de octubre de 2008

Para la próxima

Hola a todos,

Esta semana he estado en una conferencia en las mañanas, además de tener citas y otras cosas en las tardes, entonces, el blog va a tener que esperar hasta la próxima semana.

Que tengan una linda semana y que las bendiciones de Jesús estén con cada uno.

Un abrazo,

Mark

martes, 30 de septiembre de 2008

La Emoción

Está muy de moda emocionarse en un servicio dominical.  De hecho, nos animan a mostrar fervor espiritual.  En algunas iglesias, el que no muestra este fervor es mirado como un cristiano inferior.  ¿Cuál debe ser nuestra postura frente a la emoción?

Primero déjenme decir que donde está el Espíritu de Dios, el corazón está enganchado.  Si tú has experimentado la llenura del Espíritu Santo, es imposible que no te emociones.  Esta es la naturaleza de la llenura – nos hace hacer cosas que de otro modo no haríamos; nos arriesgamos haciendo cosas que jamás pensamos hacer.  Y sí, nos causa profundas emociones.  En mi caso, me ha sucedido en un servicio dominical, que cuando estoy pensando en el amor de la cruz de Cristo, el Espíritu Santo me ha impresionado tanto con ella, que espontáneamente me pongo a llorar y lo único que quiero hacer es levantar las manos y adorar.

Pero también quiero advertirnos a todos que la Biblia enseña que el corazón es engañoso.  Jeremías nos dice:

Jeremías 17:9   9  Nada hay tan engañoso como el corazón. No tiene remedio. ¿Quién puede comprenderlo?

Es muy, pero muy fácil creerle a nuestro corazón cuando nos emocionamos, y querer regir nuestras vidas por lo que nos dice.  Llega a tal punto, a veces, que en vez de estar enamorados con Jesús, realmente estamos enamorados con la emoción, y ni nos damos cuenta.  De nuevo les digo, un encuentro verdadero con Dios viene con emoción, pero el que se emociona, no ha tenido necesariamente un encuentro con Dios.

¿Cómo podemos saber si nuestras emociones son producto de un encuentro con Dios?  Primero, lo único que puede regir nuestra fe y nuestra conducta es la palabra de Dios.  El trabajo más importante del Espíritu Santo es de mostrarnos la cruz de Cristo y cuanto nos ama.  Si te emocionas porque te das cuenta de tu tremendo pecado y luego del maravilloso amor de Dios que te ha perdonado, entonces, probablemente esto es un encuentro verdadero.  Si te lleva a contemplar la grandeza y las maravillas de Dios, es muy probable que está el Señor en tu emoción.  

Pero la señal más grande de que hemos tenido un encuentro con el Espíritu Santo es si podemos ver cambios en nuestro diario vivir.  El anhela trabajar su fruto en nosotros.

Gálatas 5:22-23 …el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio.

Si el producto de tu emoción hace que experimentes el fruto del Espíritu Santo, puedes estar seguro que has tenido un encuentro verdadero con Él.  Pero si estas cosas no están sucediendo en tu vida, no importa cuánto te emociones, es solamente el engaño del que se viste como un ángel de luz.

martes, 23 de septiembre de 2008

La Paciencia

La semana pasada fue toda una semana.  Empezó el lunes cuando decidí reemplazar el sello del WC en nuestro baño, porque mi señora se quejaba de su mal olor.  Saqué la taza y la puse en la tina mientras limpiaba alrededor del hoyo del desagüe.  Luego, saqué la taza de la tina y la estaba balanceando sobre la orilla de la tina mientras aplicaba el sello de cera.  Luego de aplicar el sello de cera, estaba a punto de reponer la taza de nuevo cuando se me cayó y se rompió en varios pedazos, tanto la taza como el estanque de agua.  (Como dice Condorito – ¡¡REFLAUTA!!).  Tuve que ir a la ferretería para buscar una taza pero me di cuenta que esta casa es muy antigua entonces la distancia entre el  muro y el hoyo del desagüe es de 39 centímetros pero todas las tazas que podíamos encontrar en el Yolito, y el HomeCenter eran de 30 o menos.  Me dieron el dato que tenía que ir a la calle Franklin, porque allí hay tiendas que venden tazas más grandes.  Entonces, al día siguiente fui a Franklin y encontré una taza de 37 centímetros.  Cuando por fin llegué a la casa, la puse y me di cuenta que había una fuga en el estanque, porque el piso estaba mojado alrededor de la taza.  Bueno, un trabajo que me debería haber demorado una o dos horas me demoró dos días.

El jueves, fuimos a Viña para celebrar las fiestas patrias con algunos amigos.  Al llegar a su casa en Bosques de Montemar, se me quedaron las llaves de la camioneta adentro.  Llamé a un cerrajero para averiguar su precio de emergencia.  Me cotizó un monto de $25.000.  No quería pagar ese monto entonces me puse a tratar de sacarlas yo mismo.  Tenía un alambre metido y casi pude levantar la perilla para abrir la puerta.  Pero cuando presioné la ventana un poco más fuerte, se quebró.  Al ahorrarme las 25 lucas, igual tuve que pagar casi 60 para reemplazar el vidrio.

¿Por qué les cuento todas estas cosas?  Porque a veces pensamos que los malos ratos de la vida son puras molestias no más, y que Dios no tiene mucho que ver.  Pero estoy convencido que él quiere trabajar la paciencia en mí.  Soy un hombre muy impaciente y necesito estas cosas en mi vida.  Si me preguntas si aprendí la lección, te voy a decir que no sé.  Creo que estas cosas demoran mucho tiempo.  Hay que ser paciente.  Pero estoy convencido que tenemos que estar agradecidos por los malos ratos de la vida, porque es a través de ellos que Dios trabaja su fruto en nosotros.

Menos mal que Jesús pasó malos ratos por mí – algo que no tuvo que hacer pero que lo hizo igual porque me amó y me ama.  Cualquier rato malo que pudiera pasar no es nada comparado con los suyos – una muerte cruel, llevando mis pecados, rechazado por su Padre.  Yo jamás he pasado un momento de mi vida sin que mi Padre Celestial me acompañara.  Jesús tuvo la paciencia para sufrir por mí - ¿cómo no voy a poder aprender las lecciones que mi Padre Celestial me quiera enseñar?

miércoles, 17 de septiembre de 2008

¡Oops!

Ha sido una semana tan ocupada que no alcancé a escribir el blog.  Seguiré la próxima semana.  Que el Señor les brinde con su amor y su presencia y que todos disfruten de las fiestas patrias.  Cuídense.  ¡Viva Chile!


martes, 9 de septiembre de 2008

La Cultura y el Evangelio de Cristo

Por mucho tiempo pensé que el ser un cristiano implicaba que uno tenía que dejar muchas cosas de su cultura atrás y dedicarse a una nueva cultura – una cultura cristiana.  El problema surge en que nadie puede dejar de ser quien es totalmente, a menos que deje de asociarse con la gente en la calle.  Entonces lo que pasa es que cada lugar que desarrolla su cultura “cristiana” llega a pensar que tiene la cultura definitiva cristiana y entonces trata de exportarla como la cultura de Dios.  Fue uno de los problemas que hubo cuando llegaron tantos misioneros norteamericanos a Chile.  No sólo llegaron con el evangelio, sino que con su cultura también.  Y hubo un gran problema en la mezcla de estas dos cosas.  Empezaron a imponer sus tendencias culturales que no tenían que ver con el evangelio.

He llegado a pensar en una forma completamente distinta.  ¿Será que Dios quisiera que dejemos de ser quienes somos culturalmente?  Hay muchas religiones que te piden un cambio absoluto.  Si te conviertes a Islam, tienes que cambiar tu cultura.  Si te conviertes al judaísmo, también tienes que dejar tu cultura  y unirte a otra.  Esto sucede con la mayoría de las religiones del mundo.  Esto es lo que pasa con las sectas también.

Pero el evangelio de Cristo te pide otra cosa.  Lo que te pide este evangelio es, no que dejes de ser el chileno que eres, sino que todo lo contrario, que llegues a ser el mejor chileno que puedas ser.  No consiste en dejar tu cultura, sino de tomar las cosas buenas de la cultura y celebrarlas, pero a la vez, trabajar para mejorar las cosas que no funcionan.  El elemento principal del cristianismo no es si celebramos las fiestas patrias de Chile o de otro país – deberíamos celebrarlas – sino que dónde están nuestros sueños.  Tenemos que tener claro que Jesús es el héroe de la historia chilena.  Él es la respuesta a nuestros sueños.  Sólo él ama incondicionalmente al pueblo chileno y quiere verlo ser todo lo que pueda ser.

Estoy convencido que cuando estemos en la nueva tierra y el nuevo cielo, va a haber una plétora de culturas y que el que es un chileno acá, va a ser un chileno allá.  Creo que los chilenos van a enseñar a otros a bailar la cueca.  Creo que vamos a celebrar las diferencias que hay en las culturas.  Pero todos se van a llevar bien y van a disfrutar el uno del otro porque el centro de todo va a ser Jesús, el que dio su vida por los pecados de su pueblo – gente de toda lengua y nación, y eso incluye al precioso país de Chile.

¿Has visto a Jesús como el héroe de la historia chilena?  Te valdría la pena pensarlo.

martes, 2 de septiembre de 2008

Nuestro Templo

Hemos empezado una campaña para pagar el templo.  El hecho, si quiera, poder de empezar una campaña, es un milagro en sí.  No hay ninguna razón humana por la que deberíamos tener este templo tan hermoso.  15 años atrás era un mero sueño…..”Qué lindo sería…..”  Pero Dios tenía otros planes.  Él había puesto este sueño en los corazones de varios.  Quiero destacar especialmente el liderazgo de Waldemar Ullrich, a quién Dios dio un tremendo sueño de tener un templo. 

A través de una visión muy grande, un esfuerzo tremendo y mucha oración, se construyó el templo que tenemos ahora.  Lo sorprendente es que aunque el valor de la propiedad con los edificios que tenemos actualmente es de $1.000.000 de dólares, sólo nos faltan $74.000 dólares por pagar.  Nos queda sólo un 7% del valor del edificio.  Eso no es nada.  Es muy alcanzable.

Les quiero recordar que este templo no pertenece al pastor, sino primeramente a Dios y después a toda la congregación.  Si eres parte de Cristo Rey, este es tu templo, esta es tu iglesia, este es tu cuerpo y te necesitamos, no sólo para pagar deudas sino que necesitamos tus dones y tus habilidades.  Necesitamos escuchar de tu relación con Dios para que todos nos enriquezcamos.  El cuerpo de Cristo es uno y cada uno necesita al otro.

Romanos 12:4-8  4  Pues así como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función,  5  también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás.  6  Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado. Si el don de alguien es el de profecía, que lo use en proporción con su fe;  7  si es el de prestar un servicio, que lo preste; si es el de enseñar, que enseñe;  8  si es el de animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados, que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar compasión, que lo haga con alegría.

Estamos a punto de quemar una etapa en la iglesia; de deshacernos de la deuda del templo.  Quiero invitarles a que oren para que este lugar siempre se llene de la gloria de Cristo y que la palabra de Dios sea predicada de su púlpito siempre.

martes, 26 de agosto de 2008

La Comunidad

¿Cómo debemos vivir en comunidad?  He visto que comúnmente, se cree que el pastor o el liderazgo de una iglesia es el que echa andar la iglesia o que hace el ministerio de la iglesia.  Si hay algo que confrontar, tiene que ser el pastor o algún líder porque nadie más se siente autorizado o nadie quiere tirar la primera piedra.  Hay casi una mentalidad de empresa donde los líderes son los jefes y azotan a la gente para hacer andar los distintos ministerios de la iglesia.  Y al lado opuesto, la gente siente que son del montón no más y que no importa lo que hagan porque total, los importantes son el pastor y los líderes.

Pero esto no llega ni cerca de lo que dice el nuevo testamento respecto de la comunidad.  Primero, no hay comunidad sin todos.  Los líderes y el pastor no son la comunidad.  Se necesitan a todos.  Segundo, el trabajo de hacer el ministerio de la iglesia cae sobre cada uno.

Efesios 4:11-12   11  Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros,  12  a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo.

El liderazgo existe solamente para capacitar al pueblo de Dios para que ellos hagan la obra de servicio.  La responsabilidad de la iglesia cae sobre cada uno.  Cada uno es importante en la economía de Dios.  Cada uno tiene la responsabilidad de vigilar sobre la unidad del cuerpo.  Cada uno tiene la responsabilidad de vigilar sobre las vidas de los demás, no para que puedan “pillar” a alguien en un pecado, sino para que nos animemos juntos a mirar a Jesús por el bien del cuerpo.  El confrontar es un acto de amor.  Estamos tan preocupados por el otro y por el cuerpo que no queremos que ellos sigan con la misma ceguera porque se están haciendo daño.  

Cada uno de nosotros tiene una ceguera.  Hay áreas en nuestras vidas que ni siquiera podemos ver y donde necesitamos a otros que nos ayuden a verlas.  Pero cuando le mostramos a alguien sus debilidades, si lo hacemos sin amor o gentileza, no entendemos que nosotros también tenemos una ceguera enorme y que necesitamos a los demás para que nos muestren lo mismo en nuestras propias vidas.

La comunidad no funciona a menos que lo veamos así.  Si estamos esperando que los líderes lo hagan porque ellos son los únicos que tienen la autoridad, el cuerpo de Cristo no va a funcionar.  Quiero decirles con la autoridad de la palabra de Dios que tienen la autoridad de enfrentar el pecado de otros en la comunidad.

Mateo 18:15-17  15 »Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu hermano.  16  Pero si no, lleva contigo a uno o dos más, para que “todo asunto se resuelva mediante el testimonio de dos o tres testigos”.  17  Si se niega a hacerles caso a ellos, díselo a la iglesia; y si incluso a la iglesia no le hace caso, trátalo como si fuera un incrédulo o un renegado.

El hermano que peca tiene que ser confrontado por su amigo primero – no por la iglesia (el pastor, el liderazgo) – tiene que ser por una persona en la banca.  Esto quiere decir que nadie se absuelve de la responsabilidad de pastorear y vigilar por los demás.  Esta es nuestra iglesia, no la iglesia del pastor.  Esta es nuestra iglesia que sigue al buen pastor, Jesús.  Es la responsabilidad de cada uno de nosotros de vigilar por ella.

Si entiendo el evangelio bien, me voy a dar cuenta que tengo los recursos para hacerlo.  El evangelio dice que soy peor de lo que pienso; que tengo ceguera por todos lados.  Esto debería darme la humildad para no ser arrogante en el proceso, como si yo no tuviera pecado.  Pero a la vez, el evangelio me dice que soy más amado de lo que aun puedo soñar.  El amor de Jesús por mí es mucho más profundo que mi pecado.  Y por lo tanto, sabiendo que soy íntimamente amado, puedo ir a hablar con mi amigo sobre su pecado, porque tengo el coraje que me da el saber que soy un desastre amado, amado, amado.

Desesperadamente nos necesitamos.  Cada uno es importante.  Y a propósito, un pastor también necesita a personas en su vida que le digan la verdad porque él también tiene mucha ceguera.

martes, 19 de agosto de 2008

La Disciplina

En mi niñez, pensé que la vida cristiana se trataba de la disciplina.  Había que disciplinarse para leer la Biblia y para orar.  Había que disciplinarse para ir a la iglesia.  Había que disciplinarse para compartir la fe.  Todo en la vida cristiana era pura disciplina.  Y como yo no era una persona muy disciplinada, siempre me sentía como un mal cristiano.  (Bueno, dejémoslo claro, no soy un buen cristiano – pero no por las razones que pensé en mi niñez).  Sin embargo, yo nunca fui un niño o joven rebelde.  Era igual al hermano mayor en la parábola del hijo pródigo.  No entendía mucho lo que era amar a mi Padre celestial, de tener una relación con él.  Lo único que pensaba era que él no estaba muy contento conmigo, porque yo no tenía muy buena disciplina.

Cuando llegué a tener unos 35 años de edad, empecé a entender el evangelio de Cristo un poco mejor – que él me amaba; que no importaba lo que hacía o no hacía, él me amaba igual.  Entonces tiré la disciplina por la ventana y empecé a descansar en mi posición delante de Dios.  Ya no era tan importante lo que hacía, sino que la razón por la que lo hacía.  Esto llegó a ser una gran excusa para vivir mi vida indisciplinada y no tener mucho tiempo en la Biblia o en la oración.

Pero algo curioso ha sucedido en estos últimos años.  En mi estudio de la palabra para los sermones, me he dado cuenta que ninguna de estas posiciones están correctas.  No es una disciplina fría – que de alguna manera si leo mi Biblia todos los días, el enemigo no me va a molestar.  Pero tampoco uno puede decir que tiene una relación con Dios si ni siquiera pasa tiempo con él.

Ahora me he dado cuenta que sí, la vida cristiana requiere una disciplina – pero una disciplina contenta.  ¿Por qué?  Porque entre más me “disciplino” a estar con el Señor, más me habla a través de su palabra.  Y si me pierdo un día, él me ama igual.  Pero me doy cuenta que si empiezo a perderme varios días, algo sucede.  Empiezo a sacar mis ojos de la meta – que es conocer a Dios más íntimamente.  Pero entre más me “disciplino” para estar con él, más me habla, más me convence el Espíritu Santo que soy su hijo, más entiendo su amor por mí, más puedo enfocar mi vida diaria en un propósito mayor para mi vida, más me doy cuenta del terrible precio que Jesús tuvo que pagar para comprar mi relación con Dios, más agradecido vivo por su gran amor, más dispuesto estoy de ver mi propio pecado y arrepentirme, y más fruto del Espíritu Santo empiezo a ver en mí.  Tengo claro que mi “disciplina” no me da ninguna de estas cosas – Él me las da.  Pero mi “disciplina” me ayuda a estar con él para que él pueda hacer estas cosas en mí.

jueves, 14 de agosto de 2008

¡Puro volado no más!

Soy puro volado.  Se me olvidó el blog esta semana y ahora no tengo tiempo para verlo.  Discúlpenme y hasta el próximo martes.  Los dejo deseándoles muchas bendiciones en Cristo.

Un gran abrazo,

Mark

martes, 29 de julio de 2008

¿Pesimista u Optimista?

No sé cómo son ustedes, pero yo tiendo hacia el pesimismo y el desanimo.  Es algo que le he pedido a Dios que me quite, pero hasta ahora, no lo ha hecho.  Esto me hace reflexionar sobre Pablo y su aguijón en la carne.  No tenemos idea del problema que tuvo – no sabemos si fue físico, espiritual o emocional.  A lo mejor era otra persona que le molestaba.  Inclusive, en mi opinión (y probablemente algunos discreparían conmigo) podría haber sido un pecado que no pudo superar.  Lo único que sabemos es que era un mensajero de Satanás que lo atormentaba: 2 Corintios 12:7-8: Para evitar que me volviera presumido por estas sublimes revelaciones, una espina me fue clavada en el cuerpo, es decir, un mensajero de Satanás, para que me atormentara.  Tres veces le rogué al Señor que me la quitara;

Dios lo había brindado con mucha responsabilidad, por lo cual fue necesario darle mucho conocimiento y mucho poder espiritual.  Y todos sabemos que donde está el poder, está la corrupción.  El dicho es: “El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente.”  Entonces, Dios le “clavó una espina en el cuerpo” para que no se jactara.

Una de las cosas que pasa con un pesimista es que cree que nada va a resultar bien y duda mucho de si mismo. Pero ¿será que esto es una bendición disfrazada?  Porque la gran paradoja de la Biblia es que cuando uno es débil, entonces es fuerte, porque la fuerza del Señor se hace fuerte en nuestra debilidad.

¿Estás luchando con la vida?  ¿Estás luchando con el pesimismo?  ¿Tienes alguna enfermedad crónica?  ¿Estás luchando con la depresión?  ¿Tienes algún otro problema que te tiene agobiado y cansado?  Mira lo que nos dice Dios a través de Pablo: 2 Corintios 12:9: pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo.

¿Cuándo fue la última vez que le diste gracias por tus debilidades?  ¿Por tus angustias?  ¿Por tus dificultades?  Son maneras en que él quiere mostrarse fuerte en nuestras vidas.  Les pido que oren por mí para que yo también pueda recordarlo, porque tiendo al desanimo.

El mensaje del evangelio es música para un pesimista, porque es un mensaje muy optimista.  Jesús ya tomó el castigo de nuestro pecado y el fin de la historia ya se sabe.  Vamos a vivir y reinar con él por toda la eternidad.

Oh, Espíritu Santo de Dios, has que la realidad del amor del Padre, a través de la muerte de Jesús, se haga vida en mi corazón.  Amén.

miércoles, 23 de julio de 2008

La Cordillera

La vista frenta a la iglesia.

¡Oops! Se me olvidó escribir el blog ayer. ¡Puro volado no más!

Una de las cosas que más me gusta de vivir en Chile es la cordillera. ¿No sé si la han contemplado esta mañana? ¡¡Está espectacular!! A mi juicio, no hay nada más bonito que una cordillera cargada de nieve. Me dan ganas de ir a esquiar hoy día – pero ese es otro cuento y la pega me llama.

Sabemos que la tierra fue sometida a la maldición de Dios por causa del pecado del hombre. Entonces, imagínense. Si esta preciosa cordillera que estamos viendo esta mañana está bajo una maldición, ¿cómo va a ser la nueva tierra en la que vamos a vivir después de que se acabe esta? ¿Se han puesto ha pensarlo? La Biblia dice:

1 Corintios 2:9 «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman.»

Pero aunque la tierra ha sido maldita, Jesús se sometió a la maldición de Dios Padre en ir a la cruz para morir por nuestros pecados. Su muerte ha empezado a revertir la maldición de Dios y esto está ocurriendo en los corazones de muchos. El único requisito para que Dios empiece a revertir esta maldición en nuestros propios corazones es si decimos, junto al recaudador de impuestos en Lucas 18:13: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!” El que no reconoce su pecado, está viviendo bajo la maldición, pero el que lo reconoce y acude a Jesús, él empieza a hacer crecer la vida en nuestros corazones y nos muestra la verdad de la vida – que él es nuestro tesoro y no las cosas que nos rodean.

Algún día vamos a disfrutar de cosas aún más grandes y más bellas que la cordillera que vemos hoy día. La maldición ya no va a estar y vamos a disfrutar de una vida con todos nuestros anhelos saciados. ¿Cuándo fue la última vez que le pediste a Jesús que te mostrara la verdad de tu vida para que él pudiera empezar a mostrarte la verdad de quién eres y de su amor?

martes, 15 de julio de 2008

Vacaciones

Hola a todos,

Sólo decirles que estoy de vacaciones esta semana.  Pero volveré a escribir el próximo martes.

Un gran abrazo para todos y muchas bendiciones,

Mark

martes, 8 de julio de 2008

¿Libertad o Esclavitud?

Imagínate que alguien te dijera, “Mira, hoy día, no tienes que preocuparte por lo que digas, como te veas, tus reacciones, tus enojos – o sea, de nada, porque hoy día, todos con los que te encuentres te van a aceptar tal como eres; con mucho amor – desde los más conocidos tuyos hasta los más extraños.  Entonces, hoy día puedes ser exactamente quien eres sin estar preocupado por lo que piensen.”  Si fuera así, ¿cómo te sentirías?  Enfrentarías el día con muchas ganas y saldrías de tu casa sintiéndote muy liviano.  Esto es libertad.  Pero imagínate que alguien te dijera, “Mira, hoy día, ten cuidado.  Vas a tener que portarte muy, pero muy bien, porque si no, todos los con quienes te encuentres se te van a volver en contra.  Ellos quieren ver a una persona recta, culta y buena; una persona que sabe respetar las reglas, las personas, etc.”  ¿Cómo te sentirías con este comentario?  Creo que con mucha presión, con mucha preocupación.  Te darían ganas de ni siquiera salir de la casa.

Tengo una gran preocupación que en nuestras iglesias estamos predicando la segunda cita y no la primera.  Estamos predicando que uno tiene que obedecer para ser aceptado.  Estamos predicando que la libertad viene por una rigurosa aplicación de la ley de Dios; si obedeces los principios, tu vida será libre.  Pero esto es una mentira que viene del pozo y huele a azufre.  Romanos 5:8 dice: Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.  Cristo no esperó hasta que fuéramos buenos para morir.  Él fue a la cruz porque NO éramos buenos.  Este es el punto principal del evangelio.  Éramos esclavos a nuestros pecados y a nuestra maldad, y por esto, Jesús dio su vida por nosotros.  ¿Cómo te sentirías hacia una persona que te salvara la vida?  Supongamos que te estuvieras ahogando, pero que alguien se tirara al agua y te salvara.  ¿Cómo te sentirías con esa persona?  Cuanto más tenemos que ver que aunque fuimos pecadores, Jesús, el único que fue perfecto y que no merecía morir, dio su vida.  ¿No se dan cuenta?  La obediencia viene por causa de la libertad y no al revés.  Jesús nos liberó de nuestro pecado y nos dio la oportunidad de tener una relación con Dios.  Estoy libre y quiero obedecerle porque lo amo.  Pero si tengo que portarme bien para que el me ame, voy a siempre vivir en temor, pensando que no estoy haciendo lo suficiente.  Es una diferencia enorme y vale la pena pensarlo.

Si estás obedeciendo para ser libre, te va a llevar a una esclavitud feroz, llena de temor.  Las buenas noticias de Cristo son que él ya ha comprado nuestra libertad.  ¡Ya eres libre!  ¡Ya te ama!  ¡Ya me ama!  A pesar de mi gran carga de pecado, ¡me ama!  Si realmente puedo captar esto y entenderlo, me va a llevar a una obediencia que está llena de amor, no de temor.

Estas, sí, son buenas noticias.

martes, 1 de julio de 2008

Agradecidos en la Dificultad

Del colegio de mi hija me llamaron el viernes, para decirme que si no entregaban el certificado de permanencia definitiva y una copia del carnet de ella,  al ministerio de educación, a más tardar el lunes, iban a tener que sacarla del colegio.  Por alguna razón, cuando nos entregaron la permanencia definitiva no sacamos el carnet de la Kim (bueno lo sacamos pero se nos olvidó ir a buscarlo entonces lo destruyeron).  Entonces, ayer, nos programamos para estar en la fila del registro civil antes de las 8:00 hrs.  Allí esperamos hasta que abrieron las puertas a las 8:30, y luego esperamos unos 20 minutos más hasta que nos atendieron.  Cuento corto, no nos aceptaron los documentos porque teníamos que demostrar que no habíamos salido del país por más de un año - o sea, que el certificado de permanencia definitiva estuviera todavía vigente.  Para hacer esto, tuvimos que ir a Recoleta, a policía internacional para buscar el certificado.  Yo no estaba contento.  Era mi día libre y ya lo tenía planificado.  Iba a ir al cine a medio día (uno de mis pasatiempos favoritos), iba a almorzar algo rico en la casa, etc.  Mi plan no era tener que pasar el día entero en este trámite.  Bueno, llegamos a policía internacional y después de pagar en caja por los certificados, nos dieron un número.  El número digital en la pared decía 000 y miré el número que yo tenía - ¡uuffff!! - 081.  Después de dos horas de espera volvimos al registro civil en Las Condes donde no tuvimos ningún problema en conseguir el carnet, tanto para Kim como para Megan.  De allí, las llevé al colegio y no llegué a la casa hasta las 14:00 hrs.

 ¿Por qué les cuento esto?  Porque he visto cuánto Dios quiere amarme y enseñarme.  Me he dado cuenta de lo poco flexible que soy.  Las cosas que me sacan de mis planes, me enojan.  Cuando nos rechazaron los documentos en el Registro Civil, estaba muy molesto y se lo dije a los funcionarios que estaban trabajando allí.  

 Pero a través de la mañana, Dios empezó a trabajar conmigo.  Me di cuenta que ni esta situación estaba fuera de su control y que él quería enseñarme algo.  Además, mis hijas estaban mirándome y aprendiendo de mis reacciones.  Les pedí perdón a ellas, le pedí perdón a Dios y más tarde, cuando volvimos al Registro Civil, les pedí perdón a los dos funcionarios.

 ¿Saben qué?  Visto de otro punto de vista, fue un día en que pude pasar con mis dos hijas - algo que disfruté mucho ayer.  También pude aprender que Dios quiere que estemos agradecidos, sobre todo en los momentos difíciles o molestos.

 Lo que yo viví ayer, no fue nada.  Jesús entregó su vida y no la valoró, porque estaba pensando en algo mucho más profundo.  Y hasta tuvo gozo al ir a la cruz para pagar mi deuda.  Cuánto necesito entender esto y relajarme más, sabiendo que él está en control de las situaciones de mi vida y me hace pasar por cosas para que pueda aprender a confiar más en él.

 Bendiciones a todos,

 Mark

martes, 17 de junio de 2008

Machu Picchu


Mirando a Machu Picchu desde la "Puerta del Sol"

¡Frente a Machu Picchu con mi hermosa novia!

Por las dos últimas semanas he estado de viaje en Perú, donde junto a mi señora caminamos el Camino del Inca hasta llegar a la famosa ciudad de los Incas, Machu Picchu.  La verdad es que fue muy duro, pero creo que puedo decir que valió la pena.  Hubo tres pasos en la montaña que tuvimos que cruzar; uno de 4.225 metros, otro de 4.000 metros y el último de 3.900 metros.  Ahora, no tengo que decirles lo difícil que fue - sobre todo para un viejo como yo con rodillas malas.  Todavía siento dolor en las rodillas.  Pero bueno, esto me recuerda de un principio de la vida cristiana: el camino más fácil, no es el camino de mayor provecho.  O sea, para lograr ver algunas de las vistas y paisajes tan impresionantes del Camino del Inca, tuvimos que trabajar duro para subir la montaña.  Fueron horas de subidas muy inclinadas, pero al llegar a la cima, pudimos disfrutar enormemente de la creación de Dios.

El último día nos levantamos a las 4 de la mañana para poder llegar a la "puerta del sol", que es un lugar en la montaña que mira para abajo a Machu Picchu.  Pudimos llegar a este punto antes de que la neblina, que suele cubrir a Machu Picchu en la mañana, se levantara.  Allí en ese lugar tan hermoso e impresionante, me puse a pensar en la grandeza de Dios y en su creación.  Los Inca adoraban la Pachamama (la tierra madre).  Y sin conocer al Dios vivo, me era fácil saber por qué - porque verdaderamente es impresionante - la montañas escarpadas, llenas de vegetación, la manera en que las nubes cubrían la cima de la montaña donde estaba Machu Picchu, el río que parecía una serpiente en el fondo del valle, a muchos kilómetros de distancia de donde estábamos.  No he visto un lugar más precioso en toda mi vida.

Al lado de la montaña, éramos tan chicos, tan insignificante.  Entiendo por qué ellos adoraban algo tan bello y tan grande y tan impresionante.  Pero pude reflexionar también que la Biblia nos dice que nosotros fuimos hechos a la misma imagen de Dios - no la montaña - que el ser humano es más importante que la montaña - y que hasta puede conocer a Dios en forma personal. 

También me puse a reflexionar que aunque en general en la vida, las cosas más difíciles son las que más valen la pena, me di cuenta que el llegar a Dios no fue difícil para mí.  La parte difícil la cumplió Jesús al morir por mí, y ahora mi entrada a la presencia de Dios está asegurada.  Él lo hizo por nosotros.  Valemos mucho más que la Pachamama - esa es su creación no más. ¡Nosotros somos sus hijos amados!


martes, 27 de mayo de 2008

El Propósito de Dios

El gran explorador y misionero, David Livingstone, sirvió en África desde 1840 hasta su muerte en 1873.  Los pastores Robert Lewis y Wayne Cordeiro cuentan en su libro, El Cambio de Cultura (The Culture Shift, Jossey-Bass, 2005, pg 1-2) de un incidente en la vida de Livingstone que muestra la razón por la que necesitamos estar agradecidos en todo.

David Livingstone tenía muchas ganas de viajar a lugares no conocidos para predicar el evangelio.  En una ocasión, el famoso misionero y explorador llegó a la frontera de un territorio grande que estaba bajo el control del jefe de una gran tribu.  Según la tradición, el jefe tenía que llegar allí, a la frontera; Livingstone podía avanzar sólo después de un intercambio.  El jefe podía elegir cualquier cosa de la propiedad privada de Livingston que le gustara y guardarla para si mismo, mientras le daba algo de vuelta al misionero.

Livingstone tenía pocas posesiones, pero al encontrarse con el jefe, obedientemente las mostró, poniéndolas ordenadamente en el suelo – su ropa, sus libros, su reloj, y aun la cabra que le daba leche (ya que tenía problemas del estómago y no podía tomar agua).  Se quedó consternado cuando el jefe se quedó con la cabra.  De vuelta, el jefe le dio un palo tallado y con la forma de un bastón.

Livingstone se quedó muy decepcionado.  Él empezó a quejarse con Dios sobre lo que le parecía a él como un bastón estúpido.  ¿Qué iba a ser para él comparado con esa cabra que le daba la leche que él necesitaba?  Luego, un hombre de la tribu le explicó, “Ese palo no es un bastón para caminar.  Es el cetro del rey, y con él, puedes entrar en cualquier pueblo del país entero.  El rey te ha honrado enormemente.”

Es increíble lo que Dios hace.  Muchas veces no entendemos por qué él hace lo que hace, pero los propósitos de él son siempre buenos.  A lo mejor has pasado por algo difícil esta semana.  Él tiene un plan, y estoy convencido que la parte más grande de su plan es que él quiere que confiemos en él.  A través de David Livingstone, muchos en África llegaron a conocer las buenas nuevas de Jesús.  Y a través de Livingstone, muchos misioneros más llegaron a África.

Isaías 55:8-13  8  «Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos —afirma el SEÑOR—.  9  Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!  10  Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo, y no vuelven allá sin regar antes la tierra y hacerla fecundar y germinar para que dé semilla al que siembra y pan al que come,  11  así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos.  12  Ustedes saldrán con alegría y serán guiados en paz. A su paso, las montañas y las colinas prorrumpirán en gritos de júbilo y aplaudirán todos los árboles del bosque.  13  En vez de zarzas, crecerán cipreses; mirtos, en lugar de ortigas. Esto le dará renombre al SEÑOR; será una señal que durará para siempre.»  

martes, 13 de mayo de 2008

La Incomodidad

En la economía de Dios, nada funciona como yo creo que debe funcionar.

Les compartí un par de semanas atrás que uno de los momentos favoritos de mi día es cuando me acuesto por la noche, pongo las noticias en la tele, y trabajo en algunos puzzles de sudoku. Es un momento de mucha comodidad para mí.

Me gusta estar cómodo. Me gusta cuando todas las cosas me van bien. Y me he dado cuenta que es una de las cosas que busco en la vida. Pero también me he dado cuenta de que en el momento en que alguien me incomoda, me enojo. Mi fórmula para la vida ha sido:

comodidad = paz

Pero me he dado cuenta de otra cosa. Dios me llama a la incomodidad. ¿Por qué digo eso? Porque cuando estoy en mi zona cómoda, no necesito a Dios. ¿Para qué lo necesito si todo anda bien? Pero Dios está en el negocio de mostrarnos nuestra necesidad de él. Si sentimos paz porque las cosas andan bien, entonces es una paz falsa, solamente basada en mis circunstancias buenas. Pero él nos saca de nuestra comodidad para mostrarnos esa base falsa; para mostrarnos que la única fuente de paz es él.

El problema es que cuando estoy incómodo, muchas veces estoy enojado. Me gustan las cosas a mí manera, todas cuadraditas y lindas. Pero cuando hay caos en mi vida, estoy sumamente incómodo – y eso no me gusta para nada.

Si sólo pudiera darme cuenta que todas las incomodidades de la vida vienen de su mano para hacerme vivir en dependencia de él, entonces, tendría una paz, no basada en mis circunstancias sino que una paz verdadera que está basada en el hecho de que el Dios del universo me conoce y me ama.

La verdad es que Jesús se incomodó (fue a la cruz a morir por mí) para que yo pudiera tener paz en mi incomodidad. Ahí está la clave. Se incomodó sólo por amor. Entonces la fórmula de la vida no es:

comodidad = paz

Sino

incomodidad = necesidad de Jesús = paz

La búsqueda verdadera de Dios viene a través de la incomodidad. Y el que encuentra a Dios, encuentra paz.

Deuteronomio 4:29 29 »Pero si desde allí buscas al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás.

Oh Padre, trae tu incomodidad perpetua a mi vida para que te vea más claramente. Amén.

martes, 6 de mayo de 2008

Oh Que Amor

Oh que amor, nos ha dado Dios
No lo puedo entender.
Me amó como nadie lo ha hecho jamás.
Por eso le adoro y rindo mi vida a él.
Quiero ser más como él
Y dar de su amor.
Estar cada día con él, rendido a sus pies.
En adoración.

El motivo de la vida cristiana - el amor de Dios.  El problema es que lo buscamos en todos los lugares equivocados.  La mayoría de las veces lo buscamos en nuestra pareja.  Pero ellos no fueron hechos para darnos el amor que sólo Dios nos puede dar.  A veces lo buscamos en la aprobación de los demás.  La única manera que vamos a entender el amor de Dios es si vemos la profundidad de nuestra condición y lo que espera a los que mueren sin Dios.

El domingo estuve en mi casa almorzando cuando recibí una llamada telefónica.  "¿Mark Auffarth?", me dijo la voz en la línea.  "Sí", le dije.  "Encontré tu chequera en la calle y te la quiero devolver."  Me puse de acuerdo con él en dónde iba a ir para rescatar mi chequera.  Cuando me encontré con ellos, era una pareja muy joven - probablemente eran pololos.  Cuando los vi, traté de darles $15.000 para que fueran a comer algo.  Les agradecí profundamente.  Pero ellos no querían nada como pago por lo que habían hecho.  La chequera se me había caído mientras iba caminando a la casa ese día.  Probablemente no me habría dado cuenta hasta que alguien hubiera vaciado mi cuenta.  Pero justo me tocó esta pareja honesta.

¿Qué aprendo de esto?

1. La gracia de Dios es inmensa.  Me salvó de un mal rato muy grande.
2. Me di cuenta que mi agradecimiento con esta pareja era tan grande que estaba dispuesto a darles mucho más.  Siento puro agradecimiento hacia ellos y me gustaría poder agradecerles de nuevo - pero bueno, probablemente no los vea otra vez.  Cuanto más deberíamos estar agradecidos por lo que Dios ha hecho.  No merecemos nada, pero él nos lo ha dado todo.  Lo hemos rechazado, pero él nos ha aceptado.  No lo hemos amado, o por lo menos poco, pero él nos ha amado incondicionalmente, mandando a Jesús para morir por nosotros.

Lo que ha hecho Jesús no es menos real de lo que esta pareja hizo por mí.  Pero, yo encuentro que nos cansamos de escuchar las palabras del evangelio.  Las escuchamos tanto que ya no tienen mucho impacto.  Por eso tenemos que pedirle que nos muestre nuestra condición de verdad para que podamos vivir impactados con el amor.

Les pido que oren eso por mí, porque necesito empaparme del amor de quien me rescató.

Quería que lo supieran.

Bendiciones,

Mark

martes, 29 de abril de 2008

Pon tu esperanza en el Señor

A veces me canso de las dificultades de la vida.  Todos tenemos esas dificultades.  Si tienes que tratar con gente o tienes que salir de tu casa a comprar o trabajar, entonces tienes dificultades.  La verdad es que no haya donde puedas ir sin encontrarte con alguna dificultad.  He llegado a momentos en mi vida donde le he preguntado a Dios, "¿Dónde estás?  ¿Por qué no vienes a salvarme de esta u otra circunstancia?  ¿Por qué no apareces con tú poder?"  Y muchas veces él no dice nada.  Hay silencio.  Estos pueden ser momentos desesperantes.

Pero me he dado cuenta de algo - que Dios tiene su propia agenda y aunque su agenda me incluye y es para mi bien, nunca es a la manera que yo quiera o en el horario que yo quiera.  El problema es que yo soy re-malo para esperar.  Yo ni siquiera quiero esperar mientras mi computador baja algo de la Internet.  Cuanto menos quiero esperar la solución de algún problema.

Salmo 27:13-14: Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes.  Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor!

El morir a mis planes, el depender 100% de otro es algo ajeno a mi ser.  Y creo que va a ser imposible a menos que vea que Jesús lo hizo por mí.  Él no quería ir a la cruz - quería que esa copa le pasara de largo.  Pero él se sometió y puso su esperanza en Dios.  Y la pura verdad es que él no vio la bondad de Dios.  Dios Padre derramó toda su ira sobre él a causa de lo que yo hice, de lo que tú hiciste.  Es por causa de él que podemos cobrar la promesa que dice que vamos a ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes.  Él no recibió la bondad de su Padre para que yo la pudiera recibir.

A lo mejor no la hemos visto porque no la hemos buscado.  Estoy recién empezando a aprender que el esperar en el Señor es suficiente.

Tengamos valor y cobremos ánimo; esperemos juntos en el Señor.

Mark

martes, 22 de abril de 2008

¡Quédense Quietos!

Psalm 46:10 «Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. 

Nuestros sentimientos son muy subjetivos.  Me he dado cuenta de que muchas veces yo tomo decisiones basadas en mis sentimientos - o sea, en como me siento en un momento dado.  Pero también me he dado cuenta que esas decisiones muchas veces no son buenas.  ¿Y por qué?  Porque tienen poco que ver con la verdad y con lo que Dios dice.  Y es así en nuestras vidas muchas veces.  Nos levantamos cansados pensando en el día duro que vamos a tener.  El día termina siendo muy largo y llegamos a la casa agotados y no queremos nada con la familia porque estamos cansados.

La gran pregunta es ¿qué debería controlar nuestras vidas?  ¿Será que nuestros sentimientos deberían informar lo que nosotros hacemos o no hacemos?  ¿O será que debería ser al revés - que lo que nosotros creemos influya lo que hacemos y que no nos rindamos a nuestros sentimientos?  Bueno, yo sé cual es la respuesta - por supuesto que lo segundo.  Pero es tan difícil hacer porque total, tengo que vivir con mis sentimientos ¿y a quién le gusta ir en contra de como se siente?  Esto es pura disciplina.

Bueno, el versículo de arriba me ayuda mucho.  Es un versículo que pone todo en su lugar.  El gran problema con mi alma es que no está quieta - está demasiada acelerada.  Con la vida que vivimos aquí en Santiago, ustedes saben que es cierto lo que les digo.  Andamos tan acelerados que en la noche caemos a nuestras camas completamente agotados y muchas veces no dormimos bien.  Necesitamos ese momento donde podamos estar quietos - y tiene que ser algo regular.  Lo necesitamos desesperadamente.  Pero la segunda parte del versículo es la clave - "reconozcan que yo soy Dios".  Va a ser imposible que nos quedemos quietos a menos que reconozcamos que hay otro que está en control de nuestras circunstancias, que hay otro que está vigilando por nosotros, que hay otro que está al tanto de lo que estamos viviendo y que, de hecho, lo ha planificado todo para nuestro bien.  Si de verdad puedo reconocer que él es Dios, entonces voy a poder quedarme quieto.

No sé como estás tú, pero yo necesito escuchar esto hoy día porque mi corazón está acelerado, intranquilo, con angustias y temores.  Yo sé que Jesús dio su vida por mí para que pudiera conocer a este Dios que tanto me ama.

Te invito a que tengamos ese momento quieto delante de Dios todos los días para que podamos reconocer que él es Dios y que está a cargo de todo, y que eso incluye mi vida.  Y pidámosle que nos muestre lo que está en nuestros corazones y las razones por la que pensamos que tenemos que andar tan acelerados.  Estando quietos, contemplando lo que Jesús ha hecho, es la única forma que vamos a poder resistir ser dominados por nuestros sentimientos.

Bendiciones,

Mark