martes, 21 de abril de 2009

Hermosa Celebración


Que alegría me es de ser el pastor de Cristo Rey.  Este fin de semana tuvimos una celebración como ninguna otra en mi tiempo en la iglesia.  El sábado celebramos el aniversario de la iglesia y el domingo dedicamos nuestro templo a Dios.  Como parte de esa celebración tuvimos un momento de quemar la hipoteca.  Quiero decirles que jamás he estado más orgulloso de pertenecer a una iglesia como lo estuve este fin de semana.  Tantos llegaron y alabaron a Dios por su bondad en permitirnos saldar la deuda del templo.

También fue muy hermoso el poder tener a varios de los pastores antiguos de la iglesia para celebrar con nosotros.  Rev. Gerardo Gutiérrez y Ruthie, Rev. Ricardo Crane y Robin, y Rev. Verne Marshall y Alina nos acompañaron y nos ayudaron a recordar y a celebrar la bondad y la misericordia de Dios para con nosotros.

Esto no fue solamente la culminación de una etapa, sino el inicio de otra.  Con la ayuda de toda la iglesia, tenemos que movilizarnos para lograr la visión que Dios nos ha puesto por delante; la de ser un faro en la oscuridad, la de trabajar para la transformación de nuestra preciosa ciudad, la de plantar iglesias que también quieren buscar la paz de Santiago, la de entrenar líderes que planten iglesias y que vayan a otros lugares y a otros países a plantar iglesias.  En fin, necesitamos a todos para que seamos agentes de transformación y de amor en nuestro entorno.

Gracias por el privilegio de servirles como pastor.  Gracias al tremendo equipo que llevó a cabo los programas del fin de semana – de verdad, tenemos un equipo de lujo.  Les incluyo aquí una parte de la nota que les mandé a ellos porque describe mis sentimientos al respecto:

Meras palabras no pueden describir lo que siento en mi corazón por lo que acabamos de vivir este fin de semana.  La planificación meticulosa, la ejecución extraordinaria de parte de todos; que momento más maravilloso.  Esto fue un trabajo de primera calidad gracias al esfuerzo de todos ustedes.  Me siento tan orgulloso de ser parte de este equipo.  El Señor estuvo en todas las actividades y sé que fue glorificado.  Tantos detalles que me llamaron la atención: trivia, fotos, historia, entrevistas, imanes, regalos para los pastores anteriores hechos a mano, una riquísima completada, la música fantástica tanto el sábado como el domingo, la recepción de las autoridades, la impresionante tecnología, placas para las dos iglesias, el holocausto de la hipoteca, oraciones muy buenas de los pastores, el cocktail de lujo – todo, todo fue espectacular.

Con mucha gratitud,

Mark

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martes, 7 de abril de 2009

Temores Irracionales

Ayer tuve que ir a Integramédica en el Alto Las Condes para sacarme una muestra de sangre. Este fue mi chequeo regular, anual. Pero esto siempre es traumático para mí. No es la aguja que me preocupa – de hecho, me fascina el mirar mientras me pinchan y me sacan sangre. Lo que me es traumático es la espera de los resultados. Tienen que saber algo acerca de mí. Soy un hipocondríaco. Desde que era chico tenía temor a que algo pudiera estar mal en mi cuerpo. Y aunque esto ha menguado a través de mi vida, creo que siempre va a estar. Siempre paso por el ejercicio mental de repasar el evangelio, de recordarme que soy indestructible hasta el momento en que Dios decida llevarme, que Dios está a cargo de todo en mi vida. Pero igual, al momento de sentarme en el computador para buscar los resultados, estoy seguro que el latido de mi corazón anda en por lo menos 160 pulsos por minuto.

Me cuesta creer que soy el único que tiene temores irracionales. Por lo tanto, quiero compartir algo con ustedes que ha sido de mucha ayuda para mí y viene de una fuente inesperada – de un catecismo. El Catecismo de Heidelberg es uno de los más importantes para nuestra fe en la iglesia presbiteriana. Muchas veces no nos gusta leer los catecismos porque son muy fríos. Pero quiero que lean esta primera pregunta para ver si no les alienta el espíritu.

Pregunta: ¿Cuál es tu único consuelo tanto en la vida como en la muerte?

Respuesta: Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte, no me pertenezco a mí mismo, sino a mi fiel Salvador Jesucristo, que me libró del poder del diablo, satisfaciendo enteramente con preciosa sangre por todos mis pecados, y me guarda de tal manera que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación. Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad.

¡Qué esperanza más grande!

1 Corintios 6:19-20 Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio.

Les pido que oren para que Dios me muestre estas cavernas de pecado que tanto me llevan a la ansiedad y el temor.

Con gozo porque le pertenezco,

Mark

PD. Después de tanta energía gastada, los exámenes salieron muy bien. Menos mal que el hecho que le pertenezca no dependa de mí.