martes, 22 de abril de 2008

¡Quédense Quietos!

Psalm 46:10 «Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. 

Nuestros sentimientos son muy subjetivos.  Me he dado cuenta de que muchas veces yo tomo decisiones basadas en mis sentimientos - o sea, en como me siento en un momento dado.  Pero también me he dado cuenta que esas decisiones muchas veces no son buenas.  ¿Y por qué?  Porque tienen poco que ver con la verdad y con lo que Dios dice.  Y es así en nuestras vidas muchas veces.  Nos levantamos cansados pensando en el día duro que vamos a tener.  El día termina siendo muy largo y llegamos a la casa agotados y no queremos nada con la familia porque estamos cansados.

La gran pregunta es ¿qué debería controlar nuestras vidas?  ¿Será que nuestros sentimientos deberían informar lo que nosotros hacemos o no hacemos?  ¿O será que debería ser al revés - que lo que nosotros creemos influya lo que hacemos y que no nos rindamos a nuestros sentimientos?  Bueno, yo sé cual es la respuesta - por supuesto que lo segundo.  Pero es tan difícil hacer porque total, tengo que vivir con mis sentimientos ¿y a quién le gusta ir en contra de como se siente?  Esto es pura disciplina.

Bueno, el versículo de arriba me ayuda mucho.  Es un versículo que pone todo en su lugar.  El gran problema con mi alma es que no está quieta - está demasiada acelerada.  Con la vida que vivimos aquí en Santiago, ustedes saben que es cierto lo que les digo.  Andamos tan acelerados que en la noche caemos a nuestras camas completamente agotados y muchas veces no dormimos bien.  Necesitamos ese momento donde podamos estar quietos - y tiene que ser algo regular.  Lo necesitamos desesperadamente.  Pero la segunda parte del versículo es la clave - "reconozcan que yo soy Dios".  Va a ser imposible que nos quedemos quietos a menos que reconozcamos que hay otro que está en control de nuestras circunstancias, que hay otro que está vigilando por nosotros, que hay otro que está al tanto de lo que estamos viviendo y que, de hecho, lo ha planificado todo para nuestro bien.  Si de verdad puedo reconocer que él es Dios, entonces voy a poder quedarme quieto.

No sé como estás tú, pero yo necesito escuchar esto hoy día porque mi corazón está acelerado, intranquilo, con angustias y temores.  Yo sé que Jesús dio su vida por mí para que pudiera conocer a este Dios que tanto me ama.

Te invito a que tengamos ese momento quieto delante de Dios todos los días para que podamos reconocer que él es Dios y que está a cargo de todo, y que eso incluye mi vida.  Y pidámosle que nos muestre lo que está en nuestros corazones y las razones por la que pensamos que tenemos que andar tan acelerados.  Estando quietos, contemplando lo que Jesús ha hecho, es la única forma que vamos a poder resistir ser dominados por nuestros sentimientos.

Bendiciones,

Mark

No hay comentarios.: