martes, 11 de marzo de 2008

Ayer cumplimos 4 años en Cristo Rey. Fue el 10 de marzo de 2004 que pisamos tierra en Chile. Ha sido una aventura muy especial para nosotros. A veces uno se pregunta por qué Dios llama a algunas personas a donde los llama. O sea, más específicamente, ¿por qué nos llamó a nosotros para acá?

Podría irme por el lado egoísta y decir que Dios me llamó a pastorear a Cristo Rey por causa de los dones que tengo y la gran necesidad que había para una persona como yo acá. Podría auto-engañarme y decir que soy el único que podía salvar a esta iglesia y que me necesitan mucho. Pero creo que Dios me ha mostrado todo lo contrario. Ahora, no quiero decir que los dones no son importantes. El Señor nos ha dado dones a todos porque quiere que los usemos en el lugar de nuestro llamado para que el cuerpo de Cristo sea edificado. Pero a lo que voy es mucho más profundo. Es muy fácil ser arrogante por los dones que tenemos. Cuando somos bueno para algo, queremos que todo el mundo lo sepa (Estoy hablando en términos generales - no estoy tratando de decir que tengo todos los dones que se requieren para pastorear a Cristo Rey - no, el Señor usa el cuerpo entero para pastorearse). Pero cuando tenemos algún don, tenemos la tendencia de creer que el don es lo que nos hace especial e importante y esa es la parte que el Señor quiere quitar, porque él es el único que nos valida - no nuestros dones. Entonces, estoy convencido que él no nos necesita pero le complace mucho usarnos. No necesita ninguno de los dones que tenemos - total, él dio todos los dones que hay y podría dárselos a cualquiera persona para cumplir con el establecimiento de su reino.

A través de muchas cosas difíciles que he pasado tanto personalmente como a nivel de iglesia, estoy convencido que la razón principal por la que Dios me llamó a ser el pastor de Cristo Rey es porque me ama tanto y me quiere moldear. Todas las experiencias que he vivido han servido para mostrarme que desesperadamente lo necesito. Me he dado cuenta que muchas veces el crecimiento espiritual que ha habido aquí en Cristo Rey ha sido a pesar de mis dones y no por causa de ellos. Él hace crecer a su pueblo donde, cuando, y en la manera que él quiere. Lo único que nos pide es que nos demos cuenta que todos los dones que tenemos vienen de su mano y son para su uso. Él quiere corazones disponibles para ser usados por él. Creo que la frase clave en todo esto es: "Señor, me rindo a ti." O sea, "Señor, yo someto mis deseos a los tuyos. Me entrego con todo lo que soy a tu servicio. Mis dones fueron regalos de tu mano, por lo tanto, no tengo en qué jactarme sino que lo único que me queda es alabanza y adoración por la maravilla de que tú, el gran Dios del universo, quieres usarme a mí, él que no vale nada." Estoy convencido de que cuando alguien llega a poder decir eso de todo corazón, esa persona es realmente feliz.

Entonces, quiero agradecerle a Dios por el aumento de mi felicidad, porque a través de muchas situaciones difíciles me sigue enseñando lo que es rendirme a él.

Gracias Iglesia Cristo Rey por ayudarme a crecer en estos últimos cuatro años. Sigue pidiéndole a Dios que me muestre más rincones y cavernas de mi pecado para que pueda de todo corazón entregárselas a Jesús el que lo dio todo por mí.

No hay comentarios.: