martes, 26 de febrero de 2008

El Camino Hacia Dios

Queria tomar un momento para expandir un poco sobre lo que hablé el domingo al inicio del sermón cuando les pedí que oraran por nosotros los líderes de la iglesia. Les pedí que si oraran por una sola cosa, que fuera que Dios nos mostrara nuestro pecado. ¿Por qué les estoy pidiendo eso? Estoy convencido que nosotros como cristianos vivimos en un mundo falso. Somos tan inseguros que tenemos que inventar una gran lista de cosas para que nos sintamos bien acerca de nosotros mismos. ¿Cuál es el resultado de eso? Cuando las cosas nos van bien, estamos bien porque pensamos que Dios está sonriendo sobre nosotros por nuestro buen comportamiento y la manera recta que hemos vivido. Pero cuando la cosa nos va mal, empezamos a dudar de Dios y de su amor y muchas veces, en lo profundo de nuestros corazones, estamos enojados, pensando que merecemos algo mejor. Es por eso que les vuelvo a decir que estoy convencido que vivimos en un mundo falso donde no queremos conocernos a nosotros mismos por lo que somos. Preferimos manipular nuestras circunstancias y manejar nuestra culpa con nuestros esfuerzos. Jesús dice en Juan 8:32: "...y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres." ¿Qué quiere decir eso? Que si conocemos la verdad - acerca de nosotros y también acerca de Dios (las dos cosas tienen una relación proporcional) - vamos a ser libres de verdad. Si vemos nuestro pecado de verdad, como Dios lo ve, ya no vamos a creer que podemos manejar nuestra culpa o portarnos lo suficiente bien para lograr que él nos ame. La verdad del evangelio es que a pesar de nuestro pecado, él ya nos ama, y por eso nos portamos bien. Eso es muy distinto a la religión que dice que uno tiene que portarse bien para ser amado y aceptado - si no me porto bien, entonces Dios está enojado conmigo. Y es por eso que tenemos que convencernos que no somos tan malos. La alternativa es impensable para un religioso porque esa alternativa es que Dios me rechaze. Mi justicia está basada en lo que yo pueda hacer. No se olviden que Dios dice que el pecado empieza en el corazón primero. O sea, debajo de cualquier falta de comportamiento hay un pecado debajo del pecado, uno que empieza en las motivaciones del corazón. ¿Y quien de nosotros no ha sido egoista en las motivaciones de su corazón? Hemos amado poco. Estamos mucho más preocupados por nuestro bienestar y el de nuestros seres queridos. Nuestro pecado es una condición. Pero no es que el enfoque tiene que estar en nuestro pecado. No. Es sólo en ver nuestra verdadera condición que vamos a dejar de tratar de comportarnos lo suficiente bien para ser aceptados y que vamos a acudir al único que nos puede ayudar - Jesús. Y es sólo cuando miramos a Jesús de verdad y vemos que él ya pagó el precio por nuestros pecados que vamos a tener libertad. Y es por eso que les pido que oren que Dios me muestre mi pecado. Porque desesperadamente quiero tener más y más libertad, la libertad que él me ofrece. Desesperadamente quiero sentir más y más su presencia y su amor. Y estoy convencido que el camino para arriba (hacia Dios) es el camino para abajo (el conocerme a mí mismo). Pero es un camino duro y por eso nadie quiere viajarlo. Es un camino donde nuestra reputación, nuestro éxito, nuestro estatus, nuestro dinero, etc. no valen nada. Y quiero decirles que estoy aferrado a esas cosas - pero son las cosas que impiden que pueda ver claramente a mi Padre Celestial. Entonces les pido que oren que Dios me muestre mi pecado.

Los quiero mucho,

Mark

2 comentarios:

CONVERSO dijo...

Siempre leo este blog. Espero poder seguirlo haciendo y también, en la medida de mis posibilidades, mantener el diálogo.

Eso a modo de saludo.

Nos leemos.

CONVERSO dijo...

Siempre leo este blog. Espero poder seguirlo haciendo y también, en la medida de mis posibilidades, mantener el diálogo.

Eso a modo de saludo.

Nos leemos.